Belén Esteban decide retirarse de la televisión durante una temporada

«Belén ha petao». Así confirmaba Toño Sanchís, el representante de la llamada «princesa del pueblo», lo que los televidentes llevaban observando desde hacía mucho tiempo: que la salud de Bélen Esteban era más que preocupante. Sus cambios de humor, su declive físico, las continuas peleas con sus compañeros de «Sálvame» y, sobre todo, sus disputas conyugales con su marido, Fran Álvarez, eran más que suficientes para ver que la Esteban había tocado fondo. Y es que ya ni la audiencia seguía con el fervor de antaño sus crisis sentimentales.

Ha sido un verano complicado, llegando a una situación que se les ha ido de las manos. Lo cierto es que Belén se ha retirado de la pantalla por una temporada y ya ha empezado a acudir a la consulta del psiquiatra para que calme ese estado de ansiedad continuado que la tiene en un sinvivir y serene una cabeza que ni ella puede controlar.

Pero lo que parece un drama también puede adquirir tintes de comedia si tenemos en cuenta que la ausencia de Belén no será tan definitiva, dado que en breve empezarán a emitirse los capítulos nuevos que grabó estos meses de «Los ojos de Belén», un formato que se ideó como programa independiente pero que finalmente decidieron emitir dentro del horario del «Deluxe». A Belén la veremos recorriendo España y frecuentando otros ambientes y vidas en lo que puede ser un cambio de registro en su trayectoria televisiva, ahora dañada con tanta polémica.

Por eso, estas vacaciones que se toma son también la tabla de salvación para que no decaiga el interés por una mujer que lleva más de diez años rompiendo audiencias y cuyo primer mérito fue ser la madre de la hija de Jesulín de Ubrique. Su papel de madre abandonada que lloraba por los platós caló hondo entre la audiencia y desde entonces ha tenido su legión de seguidores en lo que algunos han definido como un fenómeno inexplicable pero que dice mucho del público que la venera. A Belén la quieren o la odian, pero no deja indiferente a nadie, tal vez ese sea su misterio o clave de éxito.

Un dato curioso es que lo primero que le han recomendado es que se distancie de su esposo Fran, ya que consideran que se trata de una relación «tóxica» que le perjudica de manera especial y con quien tendrá que arreglar también muchos aspectos de su vida cuando ella se encuentre más fuerte y estable. Por si fuera poco esta crisis, Belén también se encuentra más sola dado que su hombre de apoyo, Toño, está estos días de luna de miel en Tanzania disfrutando justamente del regalo de bodas que le ha hecho tras su reciente enlace con la madre de sus cuatro hijos. Refugiada en su madre y su hermano, Belén está dispuesta a llevar esa lucha hasta el final y alejarse por un tiempo de todos los líos en los que se había metido con sus compañeros de trabajo, que ya no la veneraban tanto como antes. En su caso se ha visto cómo el roce no hace siempre el cariño.

Y hay más. Mientras Belén se rehace por dentro, también aprovechará para someterse a una serie de operaciones que tenía pendientes, como cambiar las prótesis mamarias que le pusieron años atrás y que ahora recomiendan se sustituyan, e incluso puede que se mejore la operación de estética que le realizaron en la nariz y que ya se sabía que necesitaría una segunda corrección. Aunque no ha tenido problemas con sus prótesis PIP, sí es cierto que Sanidad recomendó retirarlas al descubrir que tenían una silicona que podía ser maligna. Vamos, que lo de Belén va a ser un plan «renove» integral que tendrá a la audiencia paralizada el día que reaparezca y baje las escaleras de su programa para anunciar que ya está en plena forma. Aunque haya quien ya la da por acabada, aquí hay Belén Esteban para rato.