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ELS QUATRE CANTONSA PUNTOASÍ LO VEO

TODO EL MUNDO QUIERE SER PROFESORNO QUERÍAS TRASVASE, PUES DOSSOBRAN LOS ASESORES

VÍCTOR

A pesar de la que está cayendo en la educación pública a causa de los recortes, lo bien es cierto es que miles de españoles suspiran por ser profesores. La mayor parte de las comunidades autónomas convocarán para el próximo año 2013 convocatorias de empleo público para profesorado de Secundaria con un número importante de plazas al acumular las no ofertadas durante los años 2011 y 2012. Es previsible también un aumento de las jubilaciones. Este es el principal motivo por el que, por ejemplo, la Universidad Internacional Valenciana (VIU), la primera universidad online, interactiva y audiovisual de España, haya comenzado su Máster de Formación del Profesorado en Secundaria con 400 alumnos matriculados y residentes en 44 provincias de nuestro país destacando, sobre todo, Madrid y Barcelona, que preceden a Valencia. Se trata de un número muy importante en relación a la edición anterior cuando eran algo más de 200 los estudiantes inscritos. Aún se espera alguno más teniendo en cuenta que hay 800 preinscritos.

La educación pública está siempre en el ojo del huracán de determinados medios de comunicación. Apuntan estos que sufre un grave deterioro por la falta de sensibilidad de todas las administraciones -las autonómicas y la estatal-. Sin embargo, las expectativas laborales son tan oscuras para tantos españoles que miles de licenciados que no han cursado estudios relacionados con la docencia buscan cursos de postgrado que permiten acceder a las oposiciones o ejercer como profesores de Secundaria en centros privados. La opinión pública, en esta ocasión, es diferente a la publicada.

HEMEROTECAS y videotecas contienen abundantes muestras de la contumaz, tozuda y vitriólica oposición que el proyecto de trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana, dentro del Plan Hidrológico Nacional, despertó en amplios sectores de Cataluña y Aragón. Manifestaciones en las calles; declaraciones en los medios; columnas de opinión; pactos políticos; mítines y concentraciones. Todo valía con tal de oponerse al plan. No se escatimaron medios ni complicidades para tratar de desbaratar lógica y razona demanda que desde Valencia, Murcia y Almería se planteaba.

El final de la historia es conocida. Necesitado como estaba Rodríguez Zapatero de votos para ser presidente, accedió a las pretensiones de ERC de derogar el PHN a cambio de sus apoyos parlamentarios. Dicho y hecho. Lo primero que hizo el ya presidente socialista fue acceder al requerimiento. La mano de María Teresa Fernández de la Vega puso rúbrica a la voladura del trasvase a la comunidad por la que acabaría siendo diputada.

Nunca he conseguido entender las verdaderas razones de la oposición por parte de aragoneses y catalanes a un trasvase de unas aguas excedentes. Menos comprensible me resultó, y me sigue resultando, la actitud de aquellos valencianos que se prestaron cómplices y bobalicones a la insolidaridad que suponía la negativa. Porque el agua que queríamos no la arrebatábamos a ninguna boca ni cultivo. Sería la sobrante, la que se vertía al mar, la que de acuerdo con el Plan Hidrológico Nacional vendría hasta nuestras tierras para paliar los efectos de una sequía pertinaz que una vez más, después de una primavera y verano ayunas de precipitaciones, cuartea las tierras y las deja estériles e inservibles.

Todas las cautelas fueron insuficientes frente la tozudez. De nada sirvió que para aclaración de escépticos y remolones se explicitase que el trasvase sólo sería efectivo en los momentos en que el río Ebro tuviese excedente de caudales; que se mantendría siempre un nivel que garantizase la biodiversidad en todo el tramo del río afectado por el trasvase, y de un modo especial la referida al del delta del Ebro. Nos quedamos sin trasvase a cambio de desaladoras que no pasaron de ser meras promesas. Ojala el plan Agua hubiese hecho agua, tal como pregonaba la propaganda. Pero no, todo quedó en mera palabrería.

Ahora se habla de que en la redacción de un nuevo plan de cuenca para el Ebro se contempla no el equivalente de un trasvase sino dos. En concreto, el Ebro proporcionaría un caudal de 2.800 hectómetros cúbicos con el fin de regar 500.000 nuevas hectáreas, siendo las más directamente beneficiadas Aragón y Cataluña. ¿Alguien ha escuchado declaraciones, siquiera fuese con la mitad de decibelios, como las que se lanzaron por parte de los mismos dirigentes políticos, sindicalistas, periodistas -aragoneses y catalanes- contra el PHN propuesto por el Partido Popular?

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, reiteraba días atrás en una visita a la Comunidad Valenciana, su compromiso de hacer realidad un nuevo Plan Hidrológico Nacional, una vez queden delimitadas, a finales del próximo año, las distintas cuencas hidrográficas. Será cuestión de permanecer atentos a las noticias que tengan que ver con el futuro hidrográfico español y, sobre todo, analizar con detenimiento las reacciones que se den en aquellas autonomías que tanto vociferaron en contra del PHN propuesto por el PP y que acabó triturado por estultas conveniencias políticas y partidistas.

LA decisión de Gandia de eliminar a asesores y de asignar, en su lugar, a funcionarios durante tres horas al día a los grupos políticos para labores de secretariado debería de extenderse al resto de ayuntamientos y administraciones. En todo caso, significa el inicio de lo que debería de ser. Si los políticos necesitan asesoría, que recurran a los técnicos, a los empleados públicos.

El presidente Fabra ha anticipado la reducción de diputados en las Cortes Valencianas, como también han anunciado otras comunidades. Sin entrar en el fondo de si necesitamos el actual número de diputados, lo que sí tengo claro es que sobran los asesores. Deberíamos de partir de la base de que tanto los diputados como los consellers, secretarios autonómicos, concejales, directores generales y, en definitiva, la totalidad de cargos públicos, han de conocer la materia sobre la que trabajan y no necesitan asesoría externa. Por ese motivo se presupone que les han encomendado esa labor y ocupan su cargo.

Y si desconocen su tarea o alguna faceta de ella no necesitan acudir a asesor alguno. Tienen a su disposición a un cuerpo de funcionarios cualificado, a trabajadores que han superado las correspondientes pruebas de aptitud para acceder a sus puestos y que pueden orientar, desde el punto de vista técnico, a los políticos. Tampoco requieren de asesores los grupos políticos de las diferentes administraciones. Además, lo demuestran cuando algunos de ellos ni siquiera prestan sus servicios en esa institución y emplean su tiempo en la sede de sus partidos.

Comparto, desde luego y en lo que se refiere a la supresión de asesores, la apreciación del equipo de gobierno de Gandia cuando afirma que existe suficiente plantilla de empleados públicos como para no tener que aumentar más el gasto de personal. En la situación económica actual las administraciones han de sacar el máximo provecho de sus recursos y, como no, de su plantilla. En ningún caso se puede consentir que se produzca un solo despido en la administración pública valenciana mientras exista un solo asesor o personal eventual al servicio de la misma.

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