En paralelo a la presentación del libro «La Monumental de Barcelona», de José Luis Cantos, la Casa de las Aguas de Montilla mostró ayer curiosidades taurinas
En José Luis Cantos Torres ha recaído la gran responsabilidad de revelar las memorias íntimas de la «gran dama de la tauromaquia catalana» en su «opera prima», «La Monumental de Barcelona, de Joselito el Gallo a Manolete», que ayer presentó en la Casa de las Aguas de Montilla. Según confesó, la función de la obra no es otra sino «reivindicar la gran afición que siempre tuvo Barcelona, la más grande que ha habido por los toros en ningún sitio».
Y en refuerzo de su argumento subrayó que, cuando inauguraron la plaza de la Monumental en 1914, «tal como hoy la conocemos, tenía capacidad para 24.000 almas, cuando la plaza de toros de la Carretera Vieja de Aragón, en Madrid, tenía cabida para 14.000 aficionados». Cantos sostuvo otro argumento de peso en refuerzo de la afición de los catalanes al Arte de Cúchares: «En Barcelona había tres plazas de toros con un total de 50.000 localidades, cuando los habitantes de Barcelona en aquella época eran unas 500.000 personas», y añadía que el hecho de que en muchas ocasiones funcionasen dos cosos a la vez era el síntoma más claro de que «una afición tan grande podía permitirse ese lujo, y eso quería decir, también, que los grandes toreros y los futuros aspirantes a figuras tenían entre sus principales miras ir a Barcelona».
Casi tres años de bucear en libros, biografías y en la hemeroteca de Barcelona ha llevado a José Luis Cantos a ver finalizada felizmente su obra en la editora almeriense «Círculo Rojo». El libro cuenta con 328 páginas y un total de 165 ilustraciones, y lo prologa el profesor Antonio Santainés Cirés, decano del periodismo taurino catalán. Comprende desde la inauguración del coso en 1914, en que toreó Joselito «El Gallo», hasta la muerte de «Manolete» en 1947, pues, según resaltó, «la Monumental fue donde más corridas celebró» el diestro cordobés.
El acto de la presentación lo presidió el alcalde de Montilla, Federico Cabello de Alba. El autor, que aunque nacido en Mataró desciende de familia montillana, explicó que otro motivo que lo movió a presentar la obra en la localidad, el tercer lugar donde lo ha hecho en Andalucía tras El Egido y Roquetas de Mar, era también la «estrecha relación» de Manolete con Montilla. De hecho, reconoció que se había enterado de este hecho «leyendo a José María Carretero (escritor montillano conocido por el seudónimo de «El Caballero Audaz») quien explicaba que ganó 25 pesetas al matar aquí su primer novillo y se las gastó en dulces en la pastelería de Manolito Aguilar».
Una placa conmemorativa se conserva aún en la pared donde estuvo la antigua Escuela Taurina de Montilla.
De forma paralela, la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque ha organizado una extensa muestra de libros y documentos sobre temas taurinos, bajo el título «La Tauromaquia», que permanecerá abierta hasta el 27 de septiembre.
El director de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, explicó que se exhiben manuscritos sobre «fiestas de toros» en Montilla «en 1727, 1733 y 1742, celebradas por los más diversos motivos: para financiar el arreglo de un camino o las obras de las casas capitulares o aplicados sus productos al pago de impuestos». Los visitantes podrán ojear raras piezas de muy corta tirada, como en el caso de «La Tauromaquia», «una colección de 9 acuarelas troqueladas, en una edición única e irrepetible de 75 ejemplares», o el álbum «A los toros» (1909) del que, según Cerezo, «muy pocos ejemplares están disponibles en bibliotecas españolas». Junto a ellos, se muestran las «Ordenanzas» de la Real Maestranza de Ronda (de 1818) y de Sevilla (1794), junto a un importante conjunto de obras dedicadas a Manolete, «incluyendo uno de los raros artículos que escribió, reproducido en la revista Hixem I. También se muestran poemarios sobre el universo taurino, anales y biografías, «junto a una rarísima muestra de carteles de la Escuela Taurina de Montilla (1919-1932), donde el diestro cordobés mató su primera becerra».