El primer vuelo de La Paloma

Está a siete metros de altura y pesa casi 80 kilos , aunque la mayor dificultad reside en no dañar ninguno de los múltiples adornos que tiene el retablo. «A la hora de descender —que se hace con la ayuda de cuerdas, arneses, una escala y otros dos compañeros del Cuerpo—, hay que ir muy despacito y procurar en todo momento que la pared no roce el cuadro», explica García. El honor este año es de Fernando Martínez, un bombero de Aluche de 59 años —a punto de cumplir 60—. «Este es su último año, se va a jubilar , así que creímos que era una buena manera de ‘despedirle’», asegura el presidente de la hermandad.

Son los bomberos quienes se proponen ellos mismos para descolgar el lienzo, y en marzo, en una reunión, se decide el nombre. Felipe García explica que los motivos personales o circunstanciales de cada uno de ellos son los que inclinan la balanza a un lado u otro. Tras eso, llega la emoción de los ensayos . Hay dos: uno entre mayo y junio, y otro en julio. Todo es poco para bajar intacta la imagen de la Virgen y que los cientos de fieles que esperan abajo con la mirada atenta puedan besarla.

La costumbre de que sea un grupo de bomberos el que realiza esta dificultosa tarea tiene casi un siglo de antigüedad —la primera vez data de 1923—, cuando varios feligreses pidieron ayuda a efectivos de este Cuerpo, que hacían maniobras cerca de la Gran Vía de San Francisco, para bajar el cuadro de la Iglesia de San Pedro el Real —conocida como la de La Paloma y situada en la calle de Toledo, 98— y sacarlo en procesión.

La devoción a la Virgen de La Paloma surgió en el siglo XVIII , cuando unos niños encontraron en un viejo corralón un lienzo que representaba a una mujer con ropas monjiles y un rosario en las manos. Los chiquillos jugaban con el retablo en un solar —donde hoy se levanta el templo— hasta que Isabel Tintero, una devota, les compró la pintura. La reparó por su cuenta y la colocó en su portal, en la calle de la Paloma. Así inició el culto a la Virgen, que se contagió a todo el vecindario. Quién lo pintó, cuándo y cómo llegó hasta allí son preguntas sin respuestas claras todavía .

Sobre la imagen del lienzo hay diversas versiones. La más popular procede del cronista de la Villa y Corte Antonio Velasco, quien en 1943 escribió que La Paloma era «el vivo retrato de una monja profesa en un convento de Burgos a mediados del siglo XVI». Al parecer, el padre podría haber retratado a su hija antes de que entrara en clausura. Otros estudiosos del tema aseguran que el cuadro reproduce una talla de la Virgen de la Soledad realizada por Gaspar Becerra. Y los hay que funden ambas teorías y afirman que el pintor en cuestión hizo un cuadro a la Virgen de la Soledad teniendo como modelo a una monja.

Hoy, desde las 10 horas y hasta la celebración de la misa, tendrá lugar la tradicional ofrenda floral a la Virgen en la fachada del Colegio La Salle-La Paloma. Tras el acto religioso, sobre las 13.30 , llegará el tan esperado momento: el descenso del cuadro a cargo del Piquete de Gala del Cuerpo de Bomberos, arropado por los habituales vivas a la Virgen de La Paloma, a los bomberos o al pueblo de Madrid. A partir de las 20 horas será cuando la imagen salga de la iglesia en procesión para discurrir por calles como Isabel Tintero, Gran Vía de San Francisco o Puerta de Toledo.