Pedir penas más fuertes para los violadores de su hija le ganó el campo de reeducación

En octubre de 2006, su hija, que contaba solo 11 años, fue secuestrada y forzada a prostituirse más de cien veces hasta que la rescataron dos meses después. Desde entonces, Tang Hui se ha convertido en la “Madre Coraje” de China porque no ha cejado en su cruzada legal contra la mafia que raptó a su pequeña y la traumatizó de por vida.

Insatisfecha por la primera tanda de condenas impuestas en 2008, la mujer, de 39 años, denunció que la Policía había falseado la investigación y se manifestó ante los tribunales, con el consiguiente recelo que dicho tipo de protestas ciudadanas suelen despertar en el autoritario régimen chino. Como consecuencia de sus apelaciones, el Tribunal Popular Superior de la provincia de Hunan sentenció en junio a dos de los acusados a pena de muerte y a cadena perpetua a otros cuatro, así como a 15 años de prisión para el último de los imputados.

Pero la “Madre Coraje” siguió reclamando la pena capital para todos ellos y protestando ante las sedes judiciales y del Gobierno. Su insistencia fue tal que la Policía ordenó la semana pasada recluirla durante 18 meses en un campo de reeducación mediante el trabajo por “alterar la paz social y ejercer un impacto negativo en la sociedad” .

Establecidos durante la época de Mao en 1950, la Policía puede internar en dichos centros a todo tipo de disidentes y agitadores sin pasar siquiera por un juzgado. Cruelmente, el ansia de justicia de Tang Hui la convertía en la última víctima de los abusos del régimen chino.

Una vez más, el escándalo estaba servido en internet, donde el popular foro de microblogs Weibo , la copia china del censurado Twitter, registraba en pocos días más de 700.000 comentarios apoyando a la “Madre Coraje” y pidiendo justicia . “El primer paso de la reforma política debe ser abolir los anticonstitucionales campos de reeducación”, bramaba un internauta, mientras que otro insistía en que “el Estado debe proteger a los ciudadanos”.

Presionadas hasta por los medios estatales, que también han criticado la controvertida decisión, las autoridades del campo de trabajo tuvieron en cuenta la apelación de Tang Hui y ordenaron ayer su liberación . Pero no porque se hubiera cometido una injusticia con ella, sino porque su hija, que tiene ahora 17 años, es todavía menor de edad y debe estar bajo su cuidado. La “Madre Coraje” es otra vez libre para seguir demandando justicia.