Hazte premium Hazte premium

plataforma sincronizada

El chasco de Tom Daley

El saltador de trampolín británico, todo un ídolo en su país, se queda sin medalla tras un error de su compañero Waterfield

El chasco de Tom Daley reuters

abc

Todo estaba preparado en la piscina olímpica de Stratford para asistir al estreno en los Juegos de Londres de uno de los grandes héroes del deporte británico, el saltador de trampolín Tom Daley . Las gradas estaban pobladas de banderas con la cruz de San Jorge y hasta el primer ministro, James Cameron, era un hincha más. Aunque la gran especialidad de Daley es la prueba individual, había muchas esperanzas depositadas en su participación en la sincronizada, formando pareja con un veterano como Peter Waterfield , plata en Atenas y cuarto en los Juegos de Sidney. Formaban un dúo peculiar por la diferencia de edad y de estatura (31 años y 1,65 metros Waterfield y 18 años y 1,77 metros Daley), pero eran los favoritos junto a los chinos Cao Yuan y Zhang Yanquan.

Durante las tres primeros saltos desde la plataforma de diez metros, es decir, hasta el ecuador de la prueba, la pareja británica demostró una solidez espectacular. El público se agitaba entusiasmado en las gradas viéndoles clavar los clavados. Los suyos iban líderes, aunque con un escaso margen sobre los chinos. El resto iba muy lejos. El duelo no podía ser más emocionante. Todas las miradas estaban centradas en Daley, el niño prodigio que fue finalista con 14 años en los Juegos de Pekín, el genio precoz que ya tiene una biografía en las librerías. “My story”, se titula. En ella cuenta su infancia en Plymouth, las llamadas de teléfono a su madre llorando de pena cuando tenía 9 años y se fue a competir a Southampton; el acoso que sufrió en el colegio por parte de alumnos mayores que le amenazaban con partirle las piernas, o la agonía de su padre, el hombre que le seguía a todas partes, muerto de cáncer a los 40 años.

Toda la alegría del público inglés se desvaneció, sin embargo, en la cuarta ronda de saltos. Waterfield cometió un error clamoroso entrando mal al agua. La nota de los jueces fue definitiva: 71. La pareja británica cayó al cuarto puesto y ya no terminó de centrarse. Los chinos estaban a un mundo de distancia y eran inabordables. No importaba que fueran jovencísimos, 17 años Cao Yuan y 18 Zhang Yanquan. Ni que debutaran en unos Juegos. Eran perfectos. Caían desde los diez metros como dos siameses.

Daley y Waterfield tenían que cambiar de objetivo y conformarse con una medalla. Para ello, necesitaban dos últimos saltos extraordinarios. Descentrados, fueron incapaces de darlos y vieron cómo la pareja de clavadistas mexicanos formada por Germán Sánchez e Iván García se llevaba la plata y los estadounideneses McCrory y Boudia, el bronce. La decepción cubrió la piscina de tristes murmullos. Los británicos sólo tenían el consuelo de la segunda oportunidad para Tom Daley. Llegará el día 11, la víspera de la clausura de los Juegos.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación