Siete de cada diez jóvenes españoles de entre 20 y 29 años vive con sus padres

La razón principal habría que buscarla, advierte Almudena Moreno, doctora en Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, en la delicada situación laboral actual. De hecho, en 2011, el 44,4% de los jóvenes entre 20 y 24 años estaban en paro y el 58,6% de los ocupados tenía un contrato temporal, según se recoge en el informe titulado «La transición de los jóvenes a la vida adulta. Crisis económica y emanipación tardía» de "la Caixa", coordinado por Moreno. «La precariedad laboral, sin duda, provoca que hasta los jóvenes que trabajan no puedan independizarse —prosigue esta especialista, también profesora de la Universidad de Valladolid—, y que la familia de origen desempeñe un papel fundamental para neutralizar el riesgo de exlcusión social. Pero llegará un momento en que ya no pueda hacerlo, advierte.

Para Moreno, el hecho económico se traduce en unas consecuencias sociales todavía más graves si cabe. Y entre ellos destaca como el citado efecto de la tardía emancipación «está retrasando todavía más la formación de la pareja y el nacimiento del primer hijo en nuestro país». Así, según se recoge en el estudio, en 2009, la edad media de la mujer al nacer su primer hijo era de 31 años en España, y el 60% de alumbramientos provenían de padres mayores de 30 años. «Se trata de la media de edad más elevada de Europa », advierte.

«Una sociedad que no facilita que sus jóvenes, que son el futuro, puedan integrarse (mediante su desarrollo profesional y personal) está destinando a su país al fracaso», concluye.