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El pianista tras los versos de Emily Dickinson

ABC reúne a Kike de la Rubia con Nils Frahm, cuya música inspiró sus ilustraciones de los poemas del libro «El viento comenzó a mecer la hierba»

El pianista tras los versos de Emily Dickinson KIKE DE LA RUBIA

INÉS MARTÍN RODRIGO

Kike de la Rubia descubrió la música de Nils Frahm mientras «dibujaba» los versos de Emily Dickinson . Las composiciones del joven pianista alemán transportaron al ilustrador español hasta ese universo onírico que recrea «El viento comenzó a mecer la hierba» , poemario de la autora estadounidense editado por Nórdica . Nada le hacía pensar entonces a De la Rubia que pocos meses después de la publicación del libro tendría la oportunidad de conocer a Frahm, su «musa» personal en ese proyecto, y charlar con él. Pero una serie de felices coincidencias, que sólo se dan cuando el arte se impone a las prisas, hicieron posible el encuentro esta semana en Madrid.

El talentoso pianista alemán, uno de los más aventajados de una generación de jóvenes en la que también figuran Olafür Arnalds , Peter Broderick o Sylvain Chauveau , ofreció el pasado miércoles 11 de julio un recital en el Museo Reina Sofía dentro del ciclo Espacio Acústico Art Impressions Mahou . Pocas horas después del concierto (y de la subida del IVA, y de los recortes a funcionarios, y de la marcha minera en Madrid) ambos reflexionaron sobre la creación, el arte y la capacidad evocadora de la música, que estos días se antoja más necesaria que nunca.

El ilustrador fue el encargado de abrir fuego: «¿De dónde surge tu música? No puedo imaginarme qué imágenes tienes en la mente, qué palabras, qué es lo que te lleva a componer de la manera que lo haces», inquirió. Sin misterios y con esa seguridad que hace parecer fácil lo imposible (por difícil) en la creación, Nils Frahm aseguró que «la música inspira a la propia música, no tengo en mente nada en particular cuando me pongo a componer, la música surge, sin más».

Nils Frahm: «La música es la manifestación artística más fuerte que existe»

Pero hay más, mucho más en un pianista de formación clásica que se aproxima de manera poco convencional a los instrumentos, sin miedo a utilizar estructuras derivadas de la música actual. «Puedo sentirme inspirado al ver imágenes recreadas que me parecen hermosas, pero no es algo que me lleve necesariamente a componer, es un proceso muy abstracto que no sigue una lógica », confesó el joven alemán.

Dicha confesión hizo que el ilustrador le cuestionara la intencionalidad de su música. En el caso de De la Rubia, «hay una conexión muy clara entre las imágenes y la música, hay cierto tipo de música que me traslada a otro espacio y otro lugar, como me sucede con tus composiciones, por eso me pregunto si el tipo de música que haces tiene una intención emocional o narrativa, porque mi proceso es mucho más emocional». Pero Frahm lo tenía claro: «Mis piezas no son narrativas como puede serlo una de Wagner» , zanjó al respecto.

Referentes e inspiración

Fue mencionar al genio alemán y surgió en De la Rubia la curiosidad por conocer los referentes del pianista. «Busco crear sonidos, atmósferas y es probable que esa intencionalidad se la deba a la influencia de la música clásica, pero también tengo como referentes la música popular y la electrónica», dijo Frahm. Y es que, según él, «lo que te convierte en un creador único es el modo en el que procesas aquello que entra en tu cerebro porque, en cierto sentido, todo arte es un poco reciclado ».

VÍCTOR LERENA

Reciclado... y trabajado, ya que, si bien el ilustrador español aseguró que a él «simplemente» le llega la inspiración, para Frahm es cuestión de «práctica», de «ejercicio diario», y no cree «en esos artistas que se sientan a esperar hasta que de repente dicen estar inspirados».

Ambos coincidieron, sin embargo, en que la colaboración entre artistas es muy positiva para la creación porque, según el pianista, «te descubre habilidades que no sabías que tenías y hasta puede ser un alivio, no me gustan los artistas con un ego enorme, incapaces de trabajar con alguien más». Lo dice alguien que ha colaborado, entre otros, con Anne Müller .

Lejos de mostrarse receloso del trabajo de su interlocutor, Frahm observó con interés el poemario ilustrado por De la Rubia y reconoció que no puede imaginar el arte «desde una perspectiva que no sea poética». En el caso de los poemas de Emily Dickinson, la música de Frahm condujo al ilustrador español «hasta lo más profundo de sus versos ». Y es que, como advierte el pianista, «la música tiene esa capacidad de abstracción que hace que renuncies a todo lo demás, está en nuestra cabeza, en nuestro corazón, es la manifestación artística más fuerte que existe y todo ser humano termina rendido ante ella».

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