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Dos años de prisión para la dueña de un perro que atacó a una niña

La condenada ya había sido sentenciada en cinco ocasiones por ataques de sus canes

ABC

El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha resuelto imponer una condena de dos años de prisión a J. A. C., vecina de la localidad de Arroyo de la Encomienda y propietaria de un perro que el 14 de enero de 2011 atacó de forma sorpresiva a una niña de siete años de edad y le causó graves lesiones en la cabeza. Solamente la rápida actuación de un agente de la Policía Municipal evitó una auténtica tragedia.

En su sentencia, la juzgadora considera a J.A.C. autora de un delito de lesiones por imprudencia grave, del artículo 152.1.2. del Código Penal y, junto a la referida pena privativa de libertad, le obliga a indemnizar al Sacyl en la cantidad de 3.472,86 euros por los gastos derivados de la asistencia sanitaria de la menor y, además, el sacrificio del can para evitar que se vuelva a producir un nuevo ataque, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El fallo, sin embargo, no impone a la propietaria del perro, que es insolvente, el pago de indemnización alguna en favor de los padres de la lesionada, y ello a petición expresa de la acusación particular, que ha preferido reservarse el posible inicio de acciones por la vía civil o contenciosoadministrativa.

«Desgracia anunciada»

La jueza fundamenta su sentencia en la temeridad demostrada por la condenada, cuyo perro se había convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos, como demuestra el hecho de que desde 2008 ya había protagonizado otros episodios similares, hasta el punto de que su propietaria cuenta en su haber con cinco sentencias condenatorias, cuatro de ellas por mordeduras a personas y una quinta por las lesiones causadas a otro can.

Lo ocurrido es «la crónica de una desgracia anunciada», tal y como recoge la juzgadora en su fallo haciendo suyas las palabras que durante el juicio pronunció el letrado de la acusación particular, Alejandro Conde, al tiempo que advierte de que el resultado lesivo del ataque era «más que previsible e incluso altamente probable», y todo ello a tenor del historial del can agresor.

El ataque se produjo sobre las 18.30 horas del día 14 de enero de 2011 en la calle Almendrera de Arroyo de la Encomienda, cuando la ahora condenada paseaba con sus dos perros, atados y sin bozal, y uno de ellos, mestizo, con predominio de raza boxer, se soltó y agarró por la cabeza a una niña de 7 años que se encontraba con su madre. En el juicio, la dueña del perro, quien reconoció el error de no llevar con bozal a sus animales, explicó que dio el otro perro a la progenitora de la menor mientras ella trataba de auxiliar a la pequeña y separarla del can agresor, algo que no pudo lograr y que, bastantes minutos después, sí pudo conseguir un agente de la Policía Municipal que se hallaba en las cercanías y que se vio obligado a utilizar un pulverizador debido a que el perro estaba cebado en la niña.

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