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Veintidós tesoros en el sótano de un hotel

Las dueñas del hotel Aparto Suites Jardines de Sabatini alquilan y exhiben en el garaje del edificio una colección de automóviles de principios del siglo XX nunca antes vista

tatiana g. rivas

Mónica y Charo García Silgo son las propietarias del hotel Aparto Suites Jardines de Sabatini de Madrid. Después de dar muchas vueltas a qué hacer con el centenar de automóviles de principios del siglo XX que coleccionaba su padre, han decidido rendirle homenaje abriendo de cara al público los bajos del hotel para que la gente pueda disfrutar de sus joyas. Esta muestra la denominan «Viaje en el tiempo» y no la puede ver cualquiera a menos que sean huéspedes del hotel o alquilen uno de estos vehículos.

Estos antiguos y clásicos serán arrendados por horas o días con chófer incluido. El precio es a convenir con las propietarias. Además, «Viaje en el tiempo» ofrece la posibilidad de disfrutar de un paseo por las calles más céntricas de Madrid hasta llegar a la Casa de Campo o El Pardo –para ocasiones especiales, como pedir matrimonio– y, de regreso al hotel, visitar esta colección privada para amantes de los cuatro y dos ruedas.

Teletransportación en ascensor

La muestra está acompañada de fotografías del Madrid de principios del siglo XX, motocicletas, microcoches, surtidores y piezas originales. Para acceder a ella el visitante se teletransportará en un ascensor tematizado, en cuyo descenso están marcadas las décadas que conducen hasta 1920. Al abrirse las puertas del montacargas, se accede a la amplia sala que acoge la exposición.

La experiencia finaliza con el «regreso al futuro», como lo denominan las propietarias, es decir, con el ascenso hasta la terraza del Aparto Suites Jardines de Sabatini, desde donde se divisa una panorámica espectacular sobre el Palacio Real , sus jardines y el emblemático Madrid de los Austrias.

Una herencia desde la infancia

Desde bien pequeñas, Charo y Mónica acompañaban a su padre por todo el mundo en busca de estos ejemplares. Charo conoce a la perfección el funcionamiento y conducción de los mismos e incluso se encarga de su mantenimiento y reparación.

En el hotel se expondrán de forma permanente 22 coches y motos , entre ellos un Rolls Royce, un Hispano Suiza –la pieza más valiosa–, un Packard, varios Fords, y una extensa nómina de joyas automovilísticas antiguas. A la calle solo saldrán a rodar aquellos que alcancen los 80 y 90 kilómetros por hora. Queda descartado, por ejemplo, el Ford T, que no sube de los 30.

Vehículos de película

Los vehículos que se pueden contemplar y disfrutar han sido protagonistas de las pantallas de cine, como la Vespa con Sidecar, utilizada en la película «Amanece que no es poco» o un Hispano Suiza que, además de ganar el pasado año el Primer Premio Internacional a la Elegancia, fue utilizado en la película «La voz dormida» y también en la película y la «tv movie» dedicadas a Lola Flores.

El Ford T, conocido popularmente como el Tin Lizzie y el Flivver, que ha sido la vedette de inenarrables persecuciones en las películas cómicas del cine mudo o en gran parte de las películas norteamericanas dedicadas a la mafia, obtuvo el pasado año el Segundo Premio en el mismo certamen. El Cadillac del 63, el preferido de Tony Montana, el mafioso cubano al que Al Pacino encarnó en la película «El precio del poder», pertenecía a la Guardia de Franco y fue comprado en una subasta organizada por Patrimonio Nacional.

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