Fallos informáticos y baja asistencia a las farmacias caracterizan el primer día del copago

Farjas calificó el decreto vasco que evita que se aplique el copago en Euskadi de «inconstitucional», porque «un decreto no puede incumplir una ley del Parlamento español». En Cataluña , la Generalitat ha pospuesto la entrada en vigor de la medida para el mes próximo por la falta de actualización en su base de datos, pero ya está vigente el pago de un euro por receta.

Desde ayer, el pago por los medicamentos es proporcional al nivel de renta de cada ciudadano. Los españoles activos que cobren menos de 100.000 euros anuales pasarán de pagar el 40 al 50% del coste de las recetas. Los que sobrepasen los 100.000 anuales pagarán el 60%.

Uno de los colectivos más afectados es el de los pensionistas. Los jubilados, de no abonar nada por los medicamentos, pasan a aportar lo correspondiente al 10%, con topes de gasto de 8, 18 y 60 euros mensuales. A todos los jubilados que superen sus topes, se les reembolsará el dinero. Con esta medida, el Gobierno de Mariano Rajoy espera ahorrar unos 165 millones de euros.

Farjas estuvo ayer en contacto con los consejeros regionales del ramo sanitario y constató que el sistema de transmisión de datos que proporciona información del porcentaje del precio que debe abonar el cliente estuvo funcionando «con absoluta normalidad».

Sin embargo, la jornada también se caracterizó por las dudas y fallos informáticos. En Madrid, habían discrepancias. En algunas farmacias, como la de San Romualdo 51, sus encargadas señalaron que estaban contentas con el funcionamiento, porque no había dado problemas y pudieron obtener los códigos de los pocos clientes con recetas que llegaron el domingo. Pero más al sur, en la farmacia Juan Carlos Girona, su encargado, Abraham Morales, se quejaba de que había pasado toda la mañana sin poder accesar al sistema.

Morales explicaba que a su farmacia llegaban muchas personas —sin receta, ni nada— a preguntar por el incremento en el pago. «¿Cuánto tengo que pagar? es la pregunta. Hay un desconocimiento bastante grande. Pero eso lo sabrá cada quién cuando vaya al médico y en la receta le coloquen la pegatina con el importe», señaló.

En Castilla-La Mancha, reseña Europa Press, la pregunta también se repetía, y algunos farmacéuticos apuntaban que los clientes se molestaban no por el incremento, sino «porque ahora con un solo código podremos saber su nivel de renta», decía el encargado de una farmacia.