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La subasta de la electricidad: ¿juego limpio o práctica anticompetitiva?

La Comisión Nacional de la Energía lleva un año investigando esta puja, que fija la mitad del importe del recibo de la luz

La subasta de la electricidad: ¿juego limpio o práctica anticompetitiva? ABC

Luis m. ontoso

Es una situación frecuente: cada vez que se aproxima una subida de la luz, como la del próximo mes de julio , llueven las críticas de las organizaciones de consumidores a la subasta Cesur (Contratos de Energía para el Suministro de Último Recurso), una compleja puja en la que participan, entre otros, los operadores que ofrecen la tarifa regulada (como Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, E.On España y HC) y que determina el 50% del importe de la factura . Es, precisamente, esa dificultad para desentrañar los mecanismos de los que se sirve este sistema para fijar los precios la que está alimentando esos recelos.

De hecho, desde junio del año pasado la Comisión Nacional de la Energía (CNE) investiga la posible existencia de prácticas contrarias a la competencia ante su preocupación por «la evolución de los precios en el mercado diario de la electricidad». Pese a que ha transcurrido más de un año desde entonces, se desconocen aún los resultados de dicho estudio.

¿Cómo funciona, exactamente, esta subasta? ¿Es totalmente o en parte tan opaca como algunas asociaciones de consumidores denuncian? A diferencia de las pujas tradicionales, Cesur se divide en varias rondas: inicialmente, el operador encargado de la colocación fija un precio muy alto para que participen más compañías interesadas. Entre ellas no solo figuran las eléctricas, sino que también se encuentran algunas entidades financieras que compran estos paquetes de suministro de energía , que posteriormente pueden vender a terceros.

Subidas continuas, pero no por la puja

Y aquí viene la primera crítica por parte de la Asociación General de Consumidores (Asgeco Confederación), que culpa a la intervención de los agentes financieros de que el motivo del repunte de los precios se encuentre lejos, a su juicio, de la evolución del coste de la electricidad. Los detractores de esta subasta señalan que mientras que los precios del petróleo se encuentran en retroceso, los de la electricidad avanzan imparables . Fuentes del sector desmienten este argumento: es cierto que en cada revisión trimestral el recibo de la luz se encarece o, en el mejor de los casos se congela, pero esto no siempre guarda relación con el importe de la energía.

El pasado mes de abril, por ejemplo, la factura se incrementó un 7%, pese a que el término de la energía se contrajo en un porcentaje similar (7,1%). Este ascenso se debió exclusivamente a la subida de la parte del recibo que controla el Gobierno , los llamados «peajes de acceso», con los que se sufragan costes como las energías renovables, el carbón o la distribución y transporte del sistema, entre otros.

En este sentido, las empresas eléctricas, además, aseguran que en el establecimiento del precio influyen varios factores prácticamente incontrolables, como la demanda esperada (mayor, por ejemplo, en los meses de verano por el uso de aparatos de aire acondicionado), el nivel de precipitaciones (que repercute directamente en la capacidad de producción de las plantas hidráulicas) o, incluso, condicionantes del mercado internacional, como la producción de la electricidad en Asia, influida en los últimos meses por el accidente nuclear de Fukushima.

Plantas amortizadas

Como el interés de los potenciales compradores es al principio muy elevado, ya que el precio inicial suele resultar muy suculento , se celebran varias rondas más para ajustar el importe, hasta que este deje de oscilar y halle un punto de equilibrio entre la energía ofertada y la demandada.

El hecho de que se retribuya a todas las fuentes de energía por igual ha suscitado, por otro lado, otro debate: algunas centrales hidroeléctricas y nucleares ya estarían amortizadas después de décadas en funcionamiento , pero sin embargo siguen cobrando el megavatio al precio que marcan otras tecnologías más caras, las que cuentan con menor recorrido, como las renovables o los ciclos combinados.

El sector también, en este caso, se defiende. La subasta es una herramienta financiera, un proceso con el que tan solo se busca acercar oferta y demanda. Otra cosa es el resultado de esa casación, reconocida por ley. Se espera que el Ejecutivo, que trabaja en una reforma energética que aprobará en las próximas semanas, imponga tasas a las compañías para equilibrar las retribuciones . De momento, el Gobierno no se ha pronunciado oficialmente sobre las medidas que adoptará, aunque ha matizado que serán «homogéneas». ¿La única certeza? Que subirá la factura de la luz el mes que viene.

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