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Werner Herzog: «Aún podemos soñar, por eso el cine es importante»

El cineasta alemán estrena en España el documental «La cueva de los sueños olvidados»

Werner Herzog: «Aún podemos soñar, por eso el cine es importante» IGNACIO GIL

INÉS MARTÍN RODRIGO

Werner Herzog (Múnich, 1942) es un clásico del cine del siglo XX y, sin embargo, su carrera es la antítesis del purismo. Su producción se ha relajado en los últimos años, pero sus filmes siguen siendo indispensables y necesarios.

El documental en 3D «La cueva de los sueños olvidados» , que llega hoy a nuestras pantallas con dos años de retraso, es uno de ellos. Rodada en la asombrosa cueva de Chauvet (Francia) , la cinta bucea en los orígenes del arte y la dimensión humana.

ABC charló con Herzog sobre su carrera, Picasso, la crisis y el capitalismo durante su visita a Madrid para presentarlo.

—¿Qué vio en Chauvet?

—Es una historia tan fascinante y única que cualquiera se habría lanzado a realizar este proyecto. La calidad artística del interior de la cueva es impresionante. El arte nunca ha sido tan bueno como en esa época.

—¿Qué sintió la primera vez que entró en un lugar aislado del mundo durante 20.000 años?

—Cuando vi las imágenes por primera vez mi corazón se paró durante treinta segundos.

—Según Picasso, los neandertales «lo inventaron todo».

—Estoy de acuerdo. Todo el arte se inventó entonces. El arte de la cueva estaba al mismo nivel que el de Picasso. Hay fragmentos culturales de memoria que perduran, que viajan a través del tiempo 31.000 años. Picasso, sin haber visto jamás las pinturas, pinta imágenes muy similares a las de la cueva. Es un extraño eco de la memoria de la Humanidad.

—¿Ya no sabemos cómo soñar?

—No, no lo creo, todavía somos capaces de soñar. Todavía podemos soñar colectivamente, por algo el cine sigue siendo importante. No debemos ser pesimistas sobre nosotros, al menos no en lo que se refiere a esa cualidad.

—¿Acaso estamos tan inmersos en nuestra individualidad que hemos olvidado nuestro pasado?

—No estamos tan aislados como sugiere. Ciertamente los medios de comunicación han evolucionado mucho, pero no nos conectan con la Historia de nuestros antepasados.

—¿Es un antropólogo del cine?

«La culpa no es de los bancos, es de todos, pero he viviso crisis más caóticas»

—Hay que ser muy cuidadosos con ese término, aunque siempre tuve curiosidad por el ser humano y su comportamiento, pero no como un psicólogo, sino más bien en la dirección de la antropología.

—¿Son los cocodrilos albinos del epílogo una metáfora de la degradación de la sociedad?

—No, no es una referencia a nuestra sociedad. Tiene que ver con la perfección, con cómo las criaturas perciben imágenes. Quería llevar al espectador al terreno de la poesía pura. La audiencia entiende inmediatamente ese epílogo. En toda película hay fantasía, es parte del encanto del cine.

—¿Se considera un idealista?

—Veo ciertos problemas ahí fuera. Por ejemplo, veo que como especie no vamos a vivir mucho más. Eso me pone nervioso, pero soy muy optimista. Solo me inquieta pensar que algún día desapareceremos.

—¿Y no le preocupa cómo terminará la actual crisis económica?

—En mi vida he vivido crisis más caóticas. Nací a finales de la Segunda Guerra Mundial y esa sí fue una crisis de magnitud universal. Hay que darse cuenta de que el crecimiento es limitado y tenemos que tener mucho cuidado con el sistema financiero, repensar el capitalismo y nuestra vida. Siempre supe que había un error en ese sistema. La culpa no fue de los bancos, la culpa es de todos. Podemos vivir fácilmente con menos. El problema en el capitalismo es el consumismo.

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