Hazte premium Hazte premium

LIBROS

Espléndido Arnost Lustig en «Una oración por Katerina Horovitzová»

En «Una oración por Katerina Horovitzová» Lustig confronta el bárbaro discurso nazi con el aplomo de aquellos que se obstinan en continuar siendo seres humanos

Espléndido Arnost Lustig en «Una oración por Katerina Horovitzová»

MERCEDES MONMANY

Supervivientes de Auschwitz, Buchenwald o los campos de Transnistria, escritores mundialmente célebres – Imre Kertész , Elie Wiesel , Aharon Appelfeld , Norman Manea o el menos conocido pero no menos espléndido Arnost Lustig (Praga 1926-2011), del que acaba de ver la luz su escalofriante novela o melancólico poema metafísico y humanista Una oración por Katerina Horovitzová – narraron, cada uno a su manera, su experiencia del Holocausto y la inconcebible barbarie nazi.

Lustig fue deportado a los dieciséis años al campo de Theresienstadt (o Terezin) y más tarde a Auschwitz y Buchenwald. Hacia el final de la guerra, en 1945, el bombardeo del tren que lo llevaba a Dachau le permitió evadirse y llegar hasta Praga . Allí tomó parte en el levantamiento contra los nazis de mayo de 1945.

Lustig fue deportado a los dieciséis años al campo de Terezin

Enviado como corresponsal a Israel para cubrir su Guerra de Independencia, Lustig sería más tarde uno de los mayores críticos del régimen comunista en la IV Conferencia de Escritores de 1967, dándose de baja del Partido tras la guerra de Oriente Medio de ese mismo año, en protesta por la ruptura de relaciones de su gobierno con Israel. Tras la invasión soviética de 1968, abandonaría Checoslovaquia, instalándose en EE.UU.

Sobre bestias y hombres

La primera obra de Lustig apareció en 1957. En los años 60 jugó un papel muy activo en la célebre «nueva ola» del cine checo , para la que escribiría numerosos guiones inspirados en sus propias novelas, como Dita Saxová o Una oración por Katerina Horovitzová . En 2003, una vez retirado de la universidad, Vaclav Havel le proporcionó una vivienda en el barrio del Castillo de Praga y se instaló de nuevo en su país. En 2008 le fue concedido el prestigioso Premio Kafka , que anteriormente habían obtenido autores como Philip Roth o Haruki Murakami.

Una obra de tono casi metafísico, no exento de una escalofriante poesía

Lo primero que llama la atención de una obra tan excepcional como Una oración por Katerina Horovitzová es el tono y el ambiente fantasmal que adquiere la narración desde el principio. Un tono casi metafísico e irreal, no exento de una sombría y escalofriante poesía, así como de un lúcido, fatalista y melancólico sentido del humor. Una historia que muy pronto se convierte en uno de los más impresionantes diálogos o confrontaciones literarias entre la barbarie y el cínico desarrollo de un discurso brutalizado, desafiante y sarcástico de bestias –ya no hombres– que se han declarado raza superior, y el desarmado, universal y humanista razonamiento de los que, en el reino que hay más allá de toda esperanza , siguen pensando, razonando y actuando, hasta el último momento, como lo que nunca han dejado de ser: seres humanos.

El sastre del campo

En ese reino de los muertos , en el que no dejan de desembarcar convoyes y en el que vaga por el cielo, «sin pausa», una misteriosa «humareda grasienta y caliginosa», al tiempo que se oye una palabra inquietante, «gas», se producen dos grietas significativas. Alguien, de un grupo de prominentes judíos americanos recién traídos de Italia, pide, con total inocencia y aplomo, hacerse un traje con el sastre del campo (que no se menciona nunca por el nombre, pero que muy posiblemente es Auschwitz). El nazi Brenske les ha propuesto canjearlos, a cambio de sus fortunas, por un importante general alemán.

La joven y bella Katerina Horovitzová murmura que «no quiere morir»

El otro hecho extraordinario tiene lugar cuando el grupo de judíos acaba de llegar y la joven y bella Katerina Horovitzová murmura que «no quiere morir». Entonces, el señor Cohen, el portavoz del grupo de americanos que ha pedido un traje, la oye y propone que también ella forme parte del canje. Lo malo es que Katerina aún no sabe que se acaba de separar para siempre de su padre , su abuelo y sus seis hermanas, gaseados nada más llegar.

Autor de otra anterior novela no menos estremecedora, Ojos verdes (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2006), con el personaje de Katerina Horovitzová volverá Lustig a tratar el tema de la supervivencia y, sobre todo, de la culpabilidad por sobrevivir en según qué circunstancias. La vida y la muerte, y «el área que nos rodea», como dirá el nazi Brenske, «es un coto que recae de manera exclusiva bajo nuestra jurisdicción».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación