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Tolstói, ideario de vejez

El escritor, el lector, el amante de la perfección, el asceta. Todos los hombres que fue Tolstói caben en «Conversaciones y entrevistas. Encuentros en Yásnaia Poliana» (Fórcola)

anna caballé

El 28 de octubre de 1910 Lev Tolstói viajaba en un humilde vagón de pasajeros, la mayoría eran campesinos. Iba de Belev a Kozelsk acompañado de su médico, el fiel Dushán Makovický. Acababa de huir de su casa, de Sofía Tolstaia , abrumado ... por un dramático sentido del deber que no le daba respiro. Tenía ochenta y dos años y estaba enfermo. De hecho, le quedaban unos pocos días de vida . Sin embargo, como era habitual en él, entabló una agradable conversación con el campesino que tenía enfrente y a ella se irían sumando otras personas. La escena era observada por la maestra del Gimnasio de Belev, que reconoció de inmediato a Tolstói , a pesar de su voluntad de pasar desapercibido. En aquel compartimento se habló de muchas cosas: de los problemas de los campesinos, de la vejez, de Dios, de los avances tecnológicos (alguien comentó que la gente ya podía volar).

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