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«Sin ayudas, el plátano de Canarias desaparecería»

Entrevista con Santiago Rodríguez, presidente de la asociación de productores de plátanos, que aboga por abrir nuevos mercados y mantener las ayudas comunitarias

«Sin ayudas, el plátano de Canarias desaparecería» ABC

javier nates

Es más fácil aunar esfuerzos para conseguir un fin común, en este caso la defensa del plátano. Por eso, junto a otras Regiones Ultraperiféricas de la UE como las francesas Martinica y Guadalupe y la portuguesa Madeira, buscan dar a conocer en los países comunitarios los productos de estas zonas y su importancia geoestratégica. Sin embargo, su escasa población, su insularidad y, sobre todo, su lejanía del continente les hacen depender en exceso de las ayudas comunitarias. Con todo, Asprocan está liderando una campaña para extender el consumo de estos productos, en especial el plátano canario, en mercados que poco a poco van conociendo sus excelencias, como el alemán o el belga.

—¿En qué situación se encuentra el plátano de Canarias? ¿Puede afectar la reforma de la PAC al cultivo?

— Esperamos que no sea así. Y en el caso de que hubiera algún cambio respecto al modelo actual lucharíamos con uñas y dientes para mantener lo que ahora mismo tenemos. Esto está clarísimo.

—¿Sin el sistema de ayudas de la UE podría subsistir el plátano frente a la banana de Centroamérica?

—No. En absoluto. Una cosa que tienen que tener claro los políticos, en especial los responsables comunitarios, es que el plátano de Canarias sin ayudas desaparecería. La sola rebaja de los aranceles a los productos de fuera de la UE es muy perjudicial por que no podemos competir de igual a igual con las bananas, cuyo coste de producción es muy inferior. Incluso, solo con que se produzca una merma en esas ayudas el cultivo es inviable: la subvención europea supone el 50% de la renta del agricultor.

—Si no se puede competir con la banana en cantidad, ¿es posible hacerlo en calidad?

— En calidad, por supuesto. Creo que nuestro producto es realmente superior. Este es nuestro punto fuerte, diferenciarnos en cuanto a calidad frente a la banana. Por eso, las campañas que estamos llevando a cabo —en concreto esta última que es a nivel europeo y nacional, así como las anteriores— hacen mucho hincapié en que el plátano canario es muy superior en cuanto a su sabor, totalmente diferenciado y con características diferentes.

—Las campañas de promoción del plátano son ya un clásico, pero ¿se está trabajando en abrir nuevos mercados?

—Esta última campaña de promoción incide además en que se conozca nuestra idiosincrasia, nuestra forma de cultivar y los inconvenientes que tenemos. Trata de lograr un mayor acercamiento de Canarias a la Península, y creo que la gente lo percibe y por eso, al final, se decanta por nuestro producto. En cuanto a abrir nuevos mercados, este año desde Asprocan tenemos el reto de consolidarnos en el mercado alemán. Queremos tener una continuidad y aunque sea en pequeñas cantidades, que conozcan el producto y que lo demanden. También vamos a promocionarnos en Bélgica.

¿Qué peso tiene el plátano en la economía canaria?

— Dentro del sector primario, el plátano representa el 30 por ciento de todo el sector, es el cultivo más importante de Canarias. Y dependiendo de cada isla su importancia es mayor en cuanto a beneficios generados. En La Palma, el 80% de sus ingresos vienen del plátano, incluso por encima del turismo, que afortunadamente ayuda a diversificar su economía. No solo en La Palma es vital, sino también para Tenerife.

—¿Como valora que nuevamente haya un Ministerio de Agricultura con más presencia en el sector?

— Muy positivamente. Por lo menos sabemos a quién dirigirnos. Ahora tenemos un interlocutor que sabe del tema y al que podemos hablar de tú a tú. Repito, es algo muy positivo.

—Finalmente. ¿Cómo convencería al consumidor de la Península para que compre plátanos, aunque sean más caros que las bananas?

—El consumidor peninsular tiene que ver al plátano como algo suyo. Tiene que saber las dificultades del productor a la hora de cultivarlos, que cuesta más producirlos porque la forma de cultivo es totalmente artesanal, no está mecanizado ya que la orografía del terreno no lo permite. En su mayoría se cultiva en pequeñas huertas. Es indudable que se da un magnífico producto, pero con un altísimo coste de producción. Un ejemplo, en Canarias el riego es muy caro y el 80% de lo que requiere una mata de plátanos es agua.

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