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Una solución como la que ha planteado España, canalizar la ayuda europea desde el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) hacia el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), es algo inédito, no se ha hecho nunca. Hasta ahora, los rescates de la Unión Europea habían sido de los Estados, y no existía un mecanismo que sirviera para sanear la banca. De hecho, esta posibilidad ha sufrido muchas resistencias, sobre todo de Alemania, que no concibe la inyección de fondos a entidades privadas sin que éstas pasen previamente por los Estados.
El mecanismo planteado por España, aunque es finalista hacia el sistema financiero, mantiene una garantía pública ya que el FROB es un mecanismo que depende del Gobierno español. La propuesta española entre algunos socios europeos ha tenido buena acogida y jurídicamente no plantea muchos problemas.
Alemania no concibe la inyección directa a entidades privadas
Puede que se hable cantidades máximas que el Eurogrupo estuviera dispuesto a poner encima de la mesa. En cualquier caso, España quiere que las condiciones que se marquen en ese protocolo no vayan más allá de las propias de un préstamo, es decir, la cantidad, el coste y el plazo. Por ello, a priori, rechazan nuevas condiciones de política macroeconómica más allá de las exigencias del cumplimiento del déficit público pactado y de poner en marcha las reformas comprometidas. Eso sí, lo que se quiere es dejar, sino resuelto, sí encauzada la solución lo antes posible, preferiblemente antes de que abran los mercados el próximos lunes.