Hazte premium Hazte premium

Germanía en gallego

ALFONSO DE LA VEGA

Desconozco si disponemos de algún esclarecedor estudio sobre el lenguaje de germanía en gallego como los que existen en español, por ejemplo el clásico Tesoro de la Lengua Castellana o Española de Covarrubias o el moderno del profesor Alonso publicado por la Universidad de Salamanca. Es cierto que la parte Noroeste del antiguo reino de León se encuentra fuera de las tres grandes zonas geográficas de tradición delictiva, hampona o picaresca española. Así, la castellana vieja de Medina del Campo o Valladolid, la andaluza con Córdoba y Sevilla como principales plazas fuertes y la mediterránea, con Barcelona, Valencia y Cartagena. Falta, pues, otro centro del hampa que bien podría ubicarse junto a la levítica Compostela aunque el camino de Santiago siempre fue atracción de forajidos y malhechores dispuestos a perpetrar delitos y fechorías. Tantos que en 1590 para combatirlos el pío rey Felipe II se vio obligado a prohibir el uso del hábito de peregrino y los abusos a él asociados. Cuestión que como es sabido tendría también luego su notable repercusión artística en la iconología azabachera pasando a dominar desde entonces la políticamente incorrecta figura ecuestre de Santiago matamoros.

Pero si no disponemos de tales estudios acerca de la germanía en gallego, no cabe duda que en estos turbulentos y absurdos tiempos de normalización lingüística obligada debería hacerse un intento de apañarlos, subvenciones mediante ¡Será por orzamentos !

La insufrible jerga tecnocrática oficial glosada por los media nos resulta abrupta, áspera, ajena. Debiera ser adornada como merece pero no con nuevos términos inventados, con los que tienen una reveladora función simbólica. Donde se habla de «preferentes» a los pobres anormales lingüísticos entre los que me cuento se nos podría explicar de modo más bello y sugestivo como «santiguar bolsillos». Si de directivos patriotas bancarios, como de mohatreros, jaques o jayanes de popa. O trono subido al jefe de hampa ya retirado. Claro es que entonces no existían términos como «gasolinera», hoy escenario de correrías de golillas, bachilleres y escribanos contemporáneos, pero podrían sustituirse sin desventaja por la cuadra del Potro. O de la «besta rapada».

No debemos perder nuestros grandes logros históricos en delincuencia organizada desde el Poder, ni menos deshonrar nuestras venerandas tradiciones entre los que destaca la hermosa forma de denominar a nuestra perenne y otra vez floreciente fauna de monipodios, hampones, golillas, ventajistas, putas y logreros.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación