danza
Explosión de vida
Paulo Pederneiras, director;Rodrigo Pederneiras, coreógrafo; Obras: «Bach», «Parabelo»;Lugar: Valladolid, T. Calderón
«Il faut bien que le corps exulte». Lo cantaba Brel en una de sus más emotivas melodías, «La chanson de vieux amants». Es necesario que el cuerpo exulte. A decir verdad en la danza contemporánea no se prodigan mucho las coreografías que celebren la vida, cosa ciertamente contradictoria con el origen festivo-ritual de la danza. Y por esta razón creaciones como «Bach» y «Parabelo» que explotan con tanta intensidad los resortes vitales, llenan el espacio de una poética particular: el gozo del movimiento y la energía, el júbilo del cuerpo. Ambos trabajos forman parte del repertorio del «Grupo Corpo», y aunque cuenten ya más de tres lustros de existencia siguen rezumando originalidad, frescura..
En «Bach» (1996) Ramón Pederneiras, coreógrafo y cofundador de esta compañía junto a su hermano Paulo (su director artístico), se sumerge en la música del compositor alemán dejándose arrastrar por su continua e infinita capacidad inventiva, potenciada por el tratamiento que de ella hace Marco Antônio Guimarâes. Esta mezcla incluye producción bachiana vocal e instrumental, profana y religiosa a cuyo carácter se va ciñendo el diseño coreográfico, la iluminación del espacio y el color del vestuario de los bailarines. La ejecución de la pieza es de poner, literalmente, los pelos de punta: impecable, perfecta individualmente y en pasos a dos, a tres, o en partes corales. A la excelencia interpretativa se une el vigor expresivo, que alcanza cotas de gran belleza y emoción en secciones de carácter lírico (como el dúo en el que la bailarina colgada sobre uno de los tubos colgantes acaba en los brazos del bailarín) y en fragmentos que desarrollan como leit-motiv el movimiento: el magnetismo de su fluidez y articulación (concatenaciones, combinaciones, progresiones), su potencia (saltos, giros, portés), velocidad... . Una fiesta cinética de enorme exigencia y esfuerzo para los bailarines.
«Parabelo» (1997) ha sido la segunda coreografía puesta en escena en el Calderón por este magnífico grupo brasileño. En ella, Pederneiras crea dos atmósferas contrastantes en color, texturas y ritmos; su trabajo compositivo es, como en la pieza anterior, de gran plasticidad, creatividad y exuberancia. Un auténtico festín de los sentidos.
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