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Vivir en 30 metros cuadrados con estilo

Pese a la creencia popular, residir en un minipiso no siempre se asemeja a vivir en una cueva

Vivir en 30 metros cuadrados con estilo

luis miguel l. farraces

A más de uno le puede resultar incomprensible cómo es posible que con los más de 500.000 millones de metros cuadrados que tiene el planeta Tierra, el ser humano haya acabado viviendo apenas en 30. Pero así es. Vendidos como una solución para los jóvenes incapaces de asumir el precio de una vivienda por la escalada de precios y la precarización de los salarios, los minipisos acabaron representando otra oportunidad para miles de especuladores. El negocio era sencillo, parcelar casas más grandes para cobrar dos alquileres en inmuebles donde la dignidad brillaba por ausencia.

No obstante, pese al creer popular, vivir en un minipiso no tiene por qué asemejarse a vivir en una cueva. Una generación entera de jóvenes y de propietarios con escrúpulos ha acabado por poner de moda este estilo de vida que, con un poco de buen gusto , presenta numerosas ventajas.

«Yo estoy encantada, aquí me cabe todo lo que necesito», comenta Lydia. Ella es una de las jóvenes que vive en un piso de 30 metros de los que tanto han proliferado en el Barrio de las Letras de Madrid . «Vivir en un piso pequeño me permite vivir sola en el Centro, en un barrio que me encanta. Si tuviera que pagar una casa convencional de 60 o 70 metros, me sería imposible», añade.

Consejos para la vida en un minipiso

Pero, a la vista de aquellos que siempre han vivido en pisos de tamaño tradicional, resulta complicado imaginar cómo una persona puede contener una vida en un espacio tan pequeño como son 30 metros cuadrados. «Vivir en 30 metros no tiene porqué ser algo mal por definición», destaca Alejandra Calabrese, arquitecta de interiores del estudio Un Lugar . «Es verdad que algunos de estos minipisos tiran para atrás nada más entrar, pero todo depende de cómo esté resuelto el espacio... si no tiene ventanas, si no tiene luz, si no es funcional… Pero yo creo que los jóvenes no necesitamos espacios enormes », comenta desde una casa de 20 metros recién reformada por su estudio.

«Cuando vives en 30 metros te das cuenta de que la gente que vive en casas más grandes acumulas montones de cosas que no necesita y de las que ni se acuerda», comenta Lydia, apasionada de la decoración y que de manera amateur ha diseñado los interiores de cinco viviendas. «Lo más importante es tener en casa las cosas que realmente necesitas y ordenarlas bien. Si tienes un espacio en el que no te caben muchos muebles como cómodas o baúles, lo más importante es aprovechar al máximo las paredes con baldas, colgadores o clasificadores. Agudizar el ingenio en los muros para dejar lo más diáfano posible el resto de la superficie y conseguir así una sensación de amplitud», señala.

Marina, que vive en un piso de 32 metros en la calle Huertas , es consciente también de este aspecto. Prueba de ello es, por ejemplo, el pequeño colgador de pared en el que guarda las sillas plegables para cuando tiene invitados. Una solución discreta e ingeniosa, pues está prácticamente escondido de la vista del invitado gracias al alto techo de la vivienda. «Aquí es muy importante mantener el orden. En una casa pequeña en cuanto un par de cosas están fuera de su sitio parece que tienes el piso hecho un desastre », asegura.

Dando amplitud a la casa

Alejandra Calabrese, que fue cura antes que fraile (vivió con su pareja varios años en un piso de 30 metros ) tiene muy claras las reglas básicas al decorar un espacio de estas características. «Lo más importante es la sencillez. Intentar que la casa, con muy poquitos elementos, ya funcione. El almacenaje es vital, tener armarios y otros lugares donde guardar el menaje, las cosas del día… Si se quedan ahí en medio generan muchísimo ruido visual que puede llegar a agobiar», expone.

A la hora de dar sensación de amplitud a una casa tan pequeña, cada persona tiene sus trucos. Alejandra considera que «el hecho de que la casa tenga ventanas amplias para que entre luz y usar colores claros en el interior que reflejen esa luz» hará más agradable el espacio. Por su parte, Lydia recalca la importancia de utilizar la luz artificial como generador de espacios . «Poner diferentes puntos de luz en una casa tan pequeña es muy interesante. Cada lámpara al final, con el radio que ocupa su ilimunación, crea un rincón nuevo en tu casa. Un espacio para leer, uno para estudiar, otro para ver la televisión, cocinar… Una casa de 30 metros puede tener muchos más rincones de los que uno se imagina».

Respecto a la distribución, Alejandra apuesta por separar siempre que se pueda lo que serían las estancias de una casa convencional. «Yo siempre intento separar el dormitorio del salón , que estén en espacios diferentes. Al ser espacios tan pequeños no es recomendable tener que estar adaptando cada noche un salón para que se convierta en una habitación», concluye. Pequeños trucos para que, en un espacio reducido, las cuatro paredes de una casa estén llenas de sorpresas.

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