El Caja Laboral, a un triunfo de la final

El Caja Laboral volvió a tomar ventaja en la eliminatoria (2-1) tras llevarse la victoria en un partido muy duro que se decidió en el tiempo extra después de que Prigioni forzara la prórroga en el último suspiro del cuarto final. Ahí, Nemanja Bjelica y Teletovic sacaron a relucir su calidad para decantar el choque y la serie del conjunto vasco, que ahora tiene dos oportunidades para meterse en la final.

El guión no cambió con el traslado de la serie a Vitoria. El Caja Laboral seguía empeñado en cortar los caminos del Real Madrid hacia la canasta, sin dar opción al contragolpe. La obsesión de Ivanovic durante toda la eliminatoria. El plan le funcionó durante el primer cuarto, donde la defensa vasca ahogó el dinamismo del Madrid, al que le costaba un mundo encontrar el aro. Lo logró por su fortaleza en la pintura, que le permitió muchas segundas opciones. Por ahí se lucieron Tomic y Begic , que entre los dos sumaron más rebotes ofensivos en el partido (8) que todo el Caja Laboral (3).

La sangría bajo la canasta era evidente —22 rebotes blancos por 9 del Caja Laboral—, y si se llegó al descanso con el marcador igualado (32-30) fue por culpa de las pérdidas que acumulaba hasta ese momento el equipo de Laso (9). La entrada en juego de Sergio Rodríguez le cambio la cara al partido. El canario, muy agresivo con la canasta, fue un filón ofensivo. Apenas falló dos lanzamientos en todo el encuentro y su amenaza complicó la defensa del Caja Laboral.

Con él en pista, el Real Madrid llegó a ponerse por delante en el marcador (44-45), pero un parcial de 8-0 —cimentado en una dudosa antideportiva de Carroll— decantaba de nuevo el encuentro, para algarabía de los casi catorce mil espectadores que abarrotaban el Buesa Arena. La fortaleza mental del Real Madrid le permitió volver a meterse en el partido.

Fue Velickovic el que lideró la remontada que llevó a los blancos a ponerse arriba (54-59) a falta de cinco minutos, los mismos que tardó el Caja Laboral en anotar sus primeros puntos en ese periodo. Un triple de Singler puso la máxima ventaja madridista en el marcador (56-62) y dio paso a la jugada clave del partido, una antideportiva que puso a Begic camino de los vestuarios y que supuso el principio del fin para el Real Madrid.

Sin el esloveno en la pista y con Tomic fuera por faltas personales, el Caja Laboral campó a sus anchas por la zona . El mayor acierto desde la línea de tiros libres del equipo vasco les permitió forzar la prórroga. El resto ya es historia, la que obliga al Real Madrid a ganar los dos próximos partidos si quiere estar continuar luchando por el título.