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Diez novelas negras para la Feria del Libro

De P. D. James a Carlos Zanón pasando por Camilla Lackberg y Benjamin Black, el thriller sigue renovándose y dando muestras de vitalidad superventas

DAVID MORÁN

1. «No llames a casa», Carlos Zanón (RBA):

Aunque todavía no sabe si lo suyo es thriller o no, el barcelonés Carlos Zanón ha hecho diana con una novela de gran calado que se adentra en esa otra dimensión del crimen, la de gente aparentemente normal empujada a hacer cosas terribles, al tiempo que muestra una Barcelona diferente y alejada de los tópicos mil veces narrados y que giran (casi) siempre en torno al Raval y sus circunstancias. La violencia en su dimensión más cotidiana, servida a partes iguales por rateros y padres de familia.

ABC

2. «El club del amanecer», Don Winslow (Martínez Roca):

La gran conmoción llego con "El poder del perro", obra maestra del narco-thriller a la que el escritor estadounidense dio continuidad con la algo más breve aunque igual de intensa y descarnada "Salvajes". Ahora, tras meterse en el pellejo de Trevanian y su clásico "Shibumi" para publicar "Satori", Winslow regresa al policial puro y duro con esta novela en la que el surf comparte protagonismo con los clubes de striptease y los crímenes sin resolver.

3. «Que nadie se mueva», Denis Johnson (Mondadori):

Ganador del National Book Award con "Árbol de humo", Denis Johnson rinde homenaje a los clásicos del género con una novela en la que las voces de Chandler y Hammes impregnan una historia de juego compulsivo, deudas aún más compulsivas, palizas por encargo y matones poco amigos de las sutilezas. Una hilarante y adictiva vuelta de tuerca al thriller norteamericano.

4. «V de Venganza», Sue Grafton (Tusquets Editores):

A tan solo cuatro letras de dar por terminado ese extraordinario alfabeto del crimen que Grafton inició a principio de los ochenta con "A de adulterio", la estadounidense se recrea con a esta "V de venganza" colocando a su célebre detective Kinsey Millhone tras la pista de un complicado caso en el que se entremezclan extraños suicidios, deudas de juego, gangsterismo brutal y, en fin, todos los elementos que han convertido a Graffton en una de las grandes damas del crimen estadounidense.

ABC

5. «La muerte llega a Pemberley», P. D. James (Bruguera) :

A punto de cumplir 92 años, la mejor y más longeva dama del crimen británico va un poco más allá y, tras publicar el ensayo "Todo lo que sé de la novela negra", se atreve con un reto tan insólito como el de que retomar "Orgullo y prejuicio" justo donde lo dejó Jane Austen para, ahí es nada, implicar a Elizabeth Benneth en un trama por asesinato.

6. «Praga mortal», Philip Kerr (RBA):

El escritor escocés recupera al atribulado Bernie Gunther para seguir investigando las posibilidades del género negro en pleno nazismo y, tras abordar la gestación y problemática de los Juegos Olímpicos de 1936 en "Si los muertos no resucitan", reduce el plano para centrarse en la temible y terrible figura de Reinhard Heydrick, pinceladas de cruda realidad que el más alemán de los escoceses adereza con un asesinato y un trágico romance.

ABC

7. «Una muerte en verano», Benjamin Black (Alfaguara):

A vueltas con los alias y las dobles personalidades, el irlandés John Banville vuelve a disfrazarse de Benjamin Black para dar rienda suelta a su faceta más negra y criminal. En este caso, el autor de "El mar" se sirve del doctor Quirke para reivindicarse como maestro del thriller y el misterio a través del turbio pasado de Richard Jevell, un magnate de los periódicos conocido entre sus enemigos como Diamante Dick.

9. «La sombra de la sirena», Camilla Lackberg (Maeva):

En pugna casi permanente con Assa Larson por el podio de la novela negra sueca, Camilla Lackberg sigue tirando del hilo de las andanzas de Patrik Hedström y avanzando hacia una suerte de fusión casi perfecta entre lo negro y lo rosa con esta novela en la que cuatro amigos se ven encerrados en un círculo de amenazas, infidelidades y traiciones.

ABC

10. «El asesino de La Pedrera», Aro Sáinz (RBA):

Si un arranque lo es todo en una novela, el de "El asesino de La Pedrera" no podría ser más prometedor. Y es que todo empieza a rodar cuando el cuerpo carbonizado de un algo cargo de La Caixa y ex conseller catalán aparece colgando de la fachada del emblemático edificio de Antoni Gaudí. Un crimen brutal y despiadado que pondrá al inspector Milo Malart tras los pasos de un psicópata que amezana con transformar la Barcelona de postal en el campo de juego de un asesino en serie.

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