Los eurobonos que vienen
La Comisión Europea da por hecho la creación de esta fórmula de financiación, pese a las diferencias entre Merkel y Hollande
ENRIQUE SERBETO
No era una reunión preparada para tomar decisiones, pero si hay una cosa que ha quedado clara después de la cumbre-cena de este miércoles es que la UE se ha empezado a mover en dirección a la existencia de eurobonos. Todavía no se sabe ... ni cuándo ni siquiera cómo se llamarán, menos aún qué fórmula jurídica adoptarán, pero la Comisión Europea da por hecho que se ha abierto la puerta a pesar de las reticencias alemanas , y que cierto modelo de mutualización de la deuda pública será una realidad en Europa antes o después.
«El mandato que nos han dado los presidentes es marcar el camino para llevar nuestra unión económica y monetaria a una nueva etapa» en la que «todavía no sabemos en qué fecha se introducirán los eurobonos», después de «una profundización de la integración económica con vigilancia directa» de la gestión de las cuentas públicas , ha dicho esta mañana la portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde.
Las versiones que recogen el enfrentamiento entre el nuevo presidente francés, François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel sobre los eurobonos muestran solamente una parte de la situación. Ambos han empezado a mover sus posiciones, Merkel ha bendecido los «bonos de crecimiento» o «proyect bonds» que suponen una fórmula de inversiones conjuntas , con dinero de la Comisión Europea, para la puesta en marcha de grandes proyectos transfronterizos que ayuden al relanzamiento de las economías más vulnerables, mientras que Hollande ha descartado completamente un sistema de deuda conjunta para pagar deudas pasadas como una concepción «inaceptable» y los contempla como «instrumentos de integración financiera».
Si se puede resumir, el propio Hollande reconoció que la diferencia entre la canciller y él es que él ve a los eurobonos como un mecanismo de crecimiento, como el principio de un movimiento y Merkel los considera como un objetivo al término de un proceso de «integración» económica. La Comisión ha optado por asumir que ninguno de los dos niega que tarde o temprano esa fórmula existirá y se dispone a trabajar con esa base.
El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y el del Consejo, Herman Van Rompuy, tienen apenas un mes hasta la cumbre del 28 de junio para preparar un plan que contemple un calendario realista pero que sea lo bastante ambicioso para ser creíble. La Administración francesa ha reaccionado con una sorprendente agilidad desde las posiciones del ex presidente Sarkozy y ha preparado un concepto lo bastante confuso de términos y conceptos para que eso facilite meterlo todo en el mismo saco.
Fórmula de estabilidad
La Comisión ya ni siquiera usa el término Eurobonos, sino que empieza a utilizar la fórmula de «bonos de estabilidad» lo que facilita el gran regateo final , en el que Hollande tiene todavía en la manga la ratificación del Tratado Fiscal que Alemania ha impuesto a todas las economías europeas (excepto la británica) y que incluye la obligación constitucional de limitar el gasto.
En la campaña sugirió que pensaba renegociarlo –lo que abriría un maremágnum de reclamaciones similares imposibles de volver a comprimir en un texto único y simple- y ayer dio a entender que le bastaría con un «instrumento jurídico» que tenga en cuenta sus reclamaciones sobre el crecimiento, es decir, los eurobonos: si Alemania quiere el pacto fiscal, Francia quiere una fórmula de eurobonos orientada hacia los objetivos de integración económica .
El problema es que algunas de las fórmulas de deuda mutualizada que presentó la Comisión Europea en noviembre pasado requieren claramente una reforma de los tratados, como bien se han encargado de señalar los jueces del Tribunal Constitucional alemán. Para ello, nada mejor que utilizar el apoyo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) una entidad prácticamente olvidada, cuyo papel ahora cobra un protagonismo esencial. Si se ampliase ahora de su capital en 10.000 millones de euros se calcula que podría apalancar hasta 60.000 millones al año de créditos , destinados precisamente a apoyar los Bonos de crecimiento o «Proyect Bonds», pero a través del propio BEI y en combinación con el BCE no sería imposible declinarlos como «Bonos de estabilidad» o, más conocidos como eurobonos.
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