Lara Bohinc: «Una joya se diseña como una casa»
Kate Moss, Kylie Minogue, Elle McPherson y la Princesa Victoria de Suecia son clientas de esta diseñadora de joyas
rocío ponce
Lara Bohinc (1972, Eslovenia) estudió diseño gráfico e industrial en la Academia de las Artes de Lituania antes de llegar a Londres en 1994 para realizar un Master en joyería y arte del metal. Desde pequeña, Bohinc acostumbraba a crear joyas en casa, «pero ... no sabía como hacerlas correctamente», explicó a ABC.es. «Elegí el diseño de joyas porque tiene un poco de todo lo que me gusta: un poco de arquitectura, un poco de moda, un poco de diseño de producto...», apuntó.
Lara Bohinc, firme defensora de la mezcla de disciplinas artísticas, ha lanzado líneas de bolsos, zapatos, pañuelos, etc. « Puedo diseñar cualquier cosa. Me considero una diseñadora de productos más que de joyas en exclusiva». Asegura que extendiendo su área de trabajo no solo consigue que descanse su mente, sino que también le ayuda a inspirarse.
«No te puedes poner un cuadro, pero sí llevar una joya»
¿Qué otras disciplinas artísticas podemos encontrar en su trabajo de joyería? «La arquitectura, por ejemplo. Una joya se diseña como una casa. Creas la pieza como un arquitecto, no puedes simplemente diseñar algo, tiene que tener cierto sentido constructivo», explica la diseñadora. Pero también hay moda: «Llevas la joya con ropa así que tiene que relacionarse con esas formas y tendencias». Pero las joyas son «objetos para el cuerpo» , recalca y por eso se escapan, en cierto modo, de los lastres de la moda: «No tiene que tener en cuenta la forma del cuerpo, ni la edad o la talla de la persona». Pequeños objetos a los que defiende como piezas de arte: «No te puedes poner un cuadro, pero sí joyas».
Consciente de la categoría de «accesorio» que tienen las joyas, Lara Bohinc explica que deberían ser consideradas como algo diferente a los bolsos, cinturones y zapatos. «No importa cómo eres, puedes coger una pieza porque te gusta, eso no pasa con la ropa. La joya no es algo que tenga que ver con tu cuerpo sino con tu mente ». La diseñadora explica que aunque es obvio que no las necesitamos, como sí ocurre con la ropa, aún así deseamos poseer joyas. Y es entonces cuando echa la vista atrás para recordar a los hombres de las cavernas, que ya las utilizaban: «Querían expresar sus pensamientos religiosos, sus ideas, por cuestiones de suerte…».
Crisis, clones y celebrities
Que una celebrity lleve tu diseño no tiene tanta importancia como se cree, opina Bohinc. Y lo dice alguien que se enrrollado en el cuello de Kiley Minogue y Elle McPherson, ha colgado de las orejas de la Princesa Victoria de Suecia y hasta conoce cuánto mide la cintura de Kate Moss . «Tenemos muchos pedidos de famosas pero siempre priorizamos las editoriales de moda. Preferimos salir en una revista porque así aseguras que sales en los créditos», dijo la diseñadora.
Según Bohinc, los que salen ganando cuando una celebrity aparece con un producto suyo son las grandes cadenas «low cost» (como Zara, Mango, TopShop…). «Cuando lo ven, tratan de crear una versión similar porque saben que a sus clientas sí que les importa lo que llevan las famosas». Ser copiado no es algo beneficioso , sino «frustrante». «Es muy duro porque son grandes corporaciones contra diseñadores. Solo los abogados son los que ganan algo».
Los precios de Lara Bohinc oscilan entre los 100 euros (piezas de plata) y los 30.000 (de la alta gama). Y aunque se resiste, la crisis y los nuevos tiempos han hecho que se adapte. Ha tenido que crear versiones «mini-maxi» de sus colecciones (las mismas piezas en dos tamaños) porque sus clientas le demandaban piezas más pequeñas. «Parece que el minimalismo y la crisis están conectados. La gente quiere líneas baratas con piezas pequeñas y discretas», aclara.
Joyas del siglo XXI
Bohinc utiliza técnicas industriales para darle un aire nuevo al diseño de joyas y porque, nos confiesa, odia trabajar con las manos desde que estudiaba (recuerda las heridas, los dolores, etc). Ahora utiliza procesos tecnológicos, foto grabados, corte a laser y diseño informático para así casar la tecnología moderna con la artesanía . «En la joyería siempre hay que terminar de forma artesanal», explica.
También se ha introducido en el mundo digital con un blog (alojado en la edición británica de «Vogue») donde cuenta qué le inspira, qué cosas pasan por su mente y detalles de sus colecciones.
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