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terrorismo

El «gran sueño» de la etarra arrepentida

Durante años, los de «plomo», a Carmen Gisasola le obsesionó una idea: asesinar al entonces comandante jefe de la Guardia Civil en Vizcaya

El «gran sueño» de la etarra arrepentida abc

j. pagola

«La acción iba dirigida contra el teniente coronel de la Guardia Civil y su chófer que circulaban en un 1430 negro. Este nos había escapado (sic) ya varias veces. ERA NUESTRO GRAN SUEÑO!!». Así se expresaba la etarra Carmen Gisasola, «Gorda», acogida hoy a la « vía Nanclares », en una carta remitida al cabecilla Francisco Múgica Garmendia, «Pakito» , para explicarle por qué el «comando Vizcaya» había fallado en su enésimo intento de asesinar al entonces jefe de la Benemérita en Vizcaya, teniente coronel José Lull Catalá.

Eran los «años de plomo», la década de los ochenta. Hoy, tanto Gisasola como «Pakito» se han desmarcado de la banda, «mérito» suficiente que ha reconocido el Ejecutivo vasco para invitar a ella al «Congreso sobre Memoria y Convivencia» , aunque el Ministerio del Interior se ha apresurado a prohibirle su asistencia, ya que permanece en la cárcel de Nanclares cumpliendo condena por t res asesinatos , entre otros muchos delitos.

En la citada carta manuscrita, Carmen Gisasola detallaba los pormenores del atentado , en el que el teniente coronel y su conductor salvaron la vida, pero resultó muerto el paisano Eduardo Vadillo . «Cuando colocamos el petardo, hace cuatro meses, teníamos un sitio con buena visibilidad, pero al crecer la maleza y las hojas, ésta se reduce por lo que optamos hacer la acción de la siguiente forma. Uno en el dispositivo y el otro con el coche por la carretera da la señal de que vienen. El compañero que realizó la acción equivocó el techo negro del Talbot -en el viajaba el paisano- con el 1430 que fue adelantado casual y momentáneamente. Como habéis visto, el Talbot fue tocado y el 1430 quedó lleno de barro».

Varios intentos

La carta demuestra que ya habían intentado asesinar al mando de la Benemérita -«hace cuatro meses»- y que lo iban a intentar de nuevo: «La información que tenemos del teniente coronel y del comandante os mandamos en otra hoja (...) Últimamente, nada nos sale como quisiéramos pero esperamos continuar y a ver si os damos buenas noticias». Pero el «gran sueño» de Carmen Gisasola y sus compañeros del « comando Vizcaya » no se llegó a cumplir. Ahora la etarra parece despertar de su pasado criminal, en su cama de la prisión de Nanclares. Y de la celda intentan sacarla Patxi López y Rodolfo Ares, para que aporte sus «experiencias» a las víctimas.

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