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LIGA ADELANTE

El Dépor se cobra otro derbi por pegada

El conjunto coruñés se llevó el partido en el tiempo de descuento después de ver cómo el Celta le remontaba un 0-2

El Dépor se cobra otro derbi por pegada EFE

EVARISTO AMADO

El Deportivo se llevó de nuevo in extremis el clásico gallego en lo que acabó siendo un calco del envite de ida en Riazor: el Celta puso el fútbol, y los coruñeses un gol más que el rival . Como el fútbol no entiende de justicia, sino de resultados, al Celta le queda ahora una dura pugna por el ascenso, ya que el Valladolid le ha adelantado. Mientras, los coruñeses han dado un paso de gigante hacia la escalada de categoría.

En un intenso encuentro de ida y vuelta, las sorpresas comenzaron en la portería. «Cualquier decisión es injusta», señalaba a la televisión Paco Herrera, técnico local, sobre la decisión de devolver la titularidad a Yoel , que la había perdido por lesión.

El chileno Orellana disparaba en el primer minuto contra el marco de Aranzubia y preludiaba lo que sería una primera media hora de acoso céltico. Las gradas rugían. Pronto se quedaron mudas, cuando pasados solo dos minutos Riki alojaba la bola en la red picando suave sobre el portero . El delantero madrileño se llevó el dedo del silencio a la boca, mientras Valerón a quien apuntaba con el suyo era a Juan Domínguez, cuyo pase podría haber firmado el propio Flaco.

El Celta dominó todo el encuentro, con un Dépor replegado tras la pelota y muy afianzado, pero sobre todo empujó la primera media hora. Zé Castro y Colotto lograban salvar las acometidas de los Orellana, Aspas y Lucas, con Oubiña al mando de la expedición. Los de Herrera, más volcados, apretaban. Aranzubia tuvo que salvar un mal rechace de Colotto para evitar el empate. El Celta, más dinámico, apretaba a todo un Dépor por detrás de la pelota.

El pícaro Riki

El primer lance se cerró con polémica, al decidir Riki regresar al césped para tenderse tras un pinchazo. El de Aranjuez, con la mano detrás del muslo derecho, había salido ya del campo y volvió con mucha picardía, pero Miranda Torres decidió no parar el partido en castigo.

Cuando los vigueses creían que igualaban la contienda (Morel salvó a puerta vacía a tiro de Aspas, y la entrada de Bermejo dio fuerza a los olívicos), el Dépor comenzó a engranar mejor y Lassad apuntilló de tiro raso tras otra pájara de los centrales, que se quedaron discutiendo de quién era la marca. El gran pase de Guardado volvió a evidenciar los problemas de la zaga, que ya en el arranque de la temporada centraron el debate en el Celta.

Aquejado de un tic defensivo, Oltra sacó a Valerón tras el segundo gol. Lo acusó el Dépor, que trataba de dormir el partido cuando llegó el golazo de De Lucas: de bote pronto, a la media vuelta y con rosca, un obra de arte al palo largo.

El apretó del Celta se intensificó. La recompensa la cobró el céltico Catalá, que anotó sin oposición tras dos rechaces consecutivos de Aranzubia tras un saque de falta que la defensa deportivista no supo despejar. Cuando De Lucas botó la falta los célticos estaban en fuera de juego, pero el tanto subió al marcador . Quedaban ocho minutos para el final.

El beso al vigilante

Y en estas, con el Deportivo tratando de salvar el empate y el Celta volcado, una falta cobrada y botada por Guardado, cabeceada luego y mal despejada por Yoel, quedó franca para Borja que desequilibró la balanza a favor de los coruñeses. Corrió al fondo con el azul más oscuro, mientras Colotto besaba a un vigilante de seguridad .

Un derbi memorable . Lástima que un año más unos cuantos vándalos vayan a cobrarse titulares en lo que debería ser solo una fiesta.

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