Wilson y Antony levantan un castillo poético sobre el dolor de Abramovic
El Teatro Real estrena este miércoles «Vida y muerte de Marina Abramovic», con dirección musical de Antony Hegarty, en el que participan la performer serbia y el actor Willem Dafoe
«Nueva York es mucho más conservador que Europa en lo que a teatro se refiere. Es una ciudad que vive aislada, no sabe lo que se hace en Europa, en Latinoamérica... Son afortunados de tener aquí a Gerard Mortier», ha afirmado esta mañana en el Teatro Real Bob Wilson cuando le han preguntado sobre las posibilidades de que «Vida y muerte de Marina Abramovich» se represente en la ciudad de los rascascielos. «Nosotros cuatro vivimos allí (Wilson, Dafoe, Abramovic y Antony) y no podemos trabajar allí», se ha lamentado.
«Vida y muerte de Marina Abramovic», que se estrena este miércoles en el teatro madrileño y se podrá ver hasta el 22 de abril, es una coproducción realizada con el Festival de Manchester , donde se vio el pasado verano. Ahora llega Madrid donde las entradas están prácticamente agotadas pues se ha convertido en el acontecimiento de la temporada gracias a su cartel, que incluye al director de teatro Bob Wilson , la performer Marina Abramovic , al actor Willem Dafoe y al cantante Antony Hegarty (
Espacio tradicional
En « Vida y muerte de Marina Abramovic» Wilson ha construido una megaestructura para acoger al equipo que iba a dar forma a las vivencias de la performer serbia, a la que conoció en 1971, y con la que llevaba años hablando sobre la posibilidad «de colaborar juntos». Cuando Abramovic le propuso realizar su biografía (será la sexta), el director norteamericano le puso una condición: «Que se representará en un espacio tradicional ». Acostumbrado a realizar trabajos en lugares «no tradicionales», como museos, iglesias e incluso la calle, Wilson quería llevar la «ilusión» que envuelve a esos espacios al escenario. «Sorprendentemente ella dijo que sí».
En este trabajo, y a diferencia de sus anteriores biografías, Abramovic incluye por primer vez su muerte, por lo que compartió con Wilson cómo quería que fuera su funeral : «Será de manera simultánea en tres ciudades, Belgrado (donde nació), Amsterdam (donde vivió) y Nueva York (donde vive). Habrá tres ataúdes con tres cadávares pero nadie sabrá cuál es el verdadero», recuerda que le contó la artista serbia.
Con todo el material que le entregó (fichas, cartas, documentos) Wilson creó una estructura, «como un edificio, en el que habitarían personalidades con talentos muy diferentes pero perfectamente integrados» que contarían su historia en un trabajo que él mismo define como «poético».
Luz sobre el dolor
Al proyecto se fueron sumando otros artistas, iconos cada uno en su género, como Antony, sugerido por Abramovic. «Tiene una voz única, con un color muy especial que consigue suavizar la dureza del texto», explica Wilson. Unos textos que exponen con crudeza los momentos más duros vividos por la artista: su infancia, su relación amor-odio con su madre, sus comienzos como performer, sus relaciones sentimentales. «La voz de Antony consigue arrojar luz sobre la oscuridad de los textos».
Wilson: «La voz de Antony arroja luz sobre la oscuridad de los textos»
Para Abramovic, Bob no ha construido una simple casa sino «un castillo». La performer asegura que con esta experiencia, en la que interpreta a su madre, ha comprendido «por primera vez» lo que es la actuación, «lo que es meterte en la piel de otra persona». Y confiesa que lo más difícil para ella ha sido «leer sobre el escenario, porque me sentía artificial ».
La artista ha sentido durante este proyecto una profunda conexión con todo el equipo pero de una manera especial con Antony , «que no es un simple complemento de la obra sino otro elemento de la construcción. Él ha logrado hacer de mi biografía algo universal ».
El consejo de Lou Reed
«Intimidado», así es como se sintió Antony cuando la artista le propuso encargarse de la parte musical de este proyecto. «No sabía como empezar». Ajeno a la música clásica, «soy un cantante folk», esgrime sus credenciales: su pasión y su profundo amor «por la melodía».
Ante las dudas a la hora de abordar este proyecto, Antony decidió pedir consejo a su amigo Lou Reed , que le animó a ir a la retrospectiva que Abramovic tenía en el MoMA en esos momentos. Aquello tampoco funcionó por lo que Reed terminó por aconsejarle que abordara la vida de Abramovic desde su «punto de vista personal. Así encontré la clave para trabajar con ese material», reconoce el cantante.
«Bob me invitó a quedarme inmóvil mientras cantaba»
Para culminar esta aventura, el líde de The Johnsons llamó a su compositor «favorito», William Basinski , «cuyas texturas musicales se escuchan en gran parte de la obra»; y Abramovic invitó a sumarse al equipo a la cantante serbia Svetlana Spajic, «que ha ido recogiendo de las zonas destrozadas por la guerra las canciones tradicionales», indica Antony .
El cantante reconoce que le hubiera gustado «solo escribir la música de la obra, pero un grupo de personas insistió para que también actuara en el escenario. Ahora estoy muy contento. Bob Wilson me trató con mucho amor, y me invitó a quedarme inmóvil mientras cantaba», bromeó. (El trabajo de Wilson se ha caracterizado durante décadas por la quietud y lentitud de la acción en sus obras)
Dafoe, el facilitador
El cuarto pilar de este castillo ha sido el actor Willem Dafoe , que autodefine su labor como la de «facilitador. Mi reto era ejecutar lo que ellos habían creado. Yo soy muy diferente a Marina, Bob y Antony porque controlan su propia obra. La combinación de todos ha sido muy excitante». El actor norteamericano, que desde hace tiempo anhelaba trabajar con Wilson y que lleva décadas compatibiliza el cine con el teatro, interpreta en «Vida y muerte de Marina Abramovic» los papeles masculinos de la biografía de la artista, como su padre y sus dos parejas sentimentales.
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