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Toda la verdad sobre los complementos alimenticios

No previenen enfermedades, no tienen que demostrar su eficacia porque no son fármacos, el 81% de los anuncios que los publicitan son ilegales y un uso excesivo sí tiene efectos adversos para la salud. Ceaccu denuncia a 36 webs y 60 marcas ante Sanidad

fotos: ceaccu

érika montañés

El eslogan publicitario y recurrente en los medicamentos y productos cosméticos de «eficacia demostrada» queda reducido a la nada cuando se trata de un spot o página web que anuncia un complemento alimenticio. Es más, legalmente «son productos que no requieren probar» que sirven para lo que dicen que sirven, advierten desde Ceaccu, la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, que ha elaborado un informe minucioso sobre dichos artículos, amén de un sondeo demoscópico entre 1.200 españoles. Además de que el usuario, que llega a tomar uno de esos complementos por recomendación de un amigo o un familiar en la mayoría de los casos y no por consejo de un facultativo, no dispone de ningún certificado de que la utilidad está garantizada, incurre en otros errores en su consumo: seis de cada diez todavía creen que estos complementos previenen enfermedades , los confunden con el concepto de «alimento funcional» (que son aquellos alimentos que son elaborados no sólo por sus características nutricionales sino también para cumplir una función específica como puede ser la mejora de la salud o reducir el riesgo de contraer ciertas patologías) y más del 70% de quienes los toman creen que no tienen ningún efecto adverso para el organismo.

El etiquetado incumple en el 81% de los casos con las normas legales

La experta nutricionista de Ceaccu Paula Sáiz de Bustamante , autora del completo estudio, también alerta de que cuatro de cada cinco personas creen que «al estar permitida su venta, los beneficios publicitados por el producto están supervisados y aceptados por las autoridades sanitarias». No solo esto es incierto, sino que además en el etiquetado donde se debe explicar para qué se usa y qué efectos tendrían estos complementos alimenticios incumplen masivamente (en un 81% de los casos) la legislación vigente. Y así la presidenta de Ceaccu, Isabel Ávila Fernández , ha presentado una denuncia ante la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición española con el inventario de todos los productos y webs que están contraviniendo las normas para el consumidor.

Examen a la etiqueta del producto

¿Qué indicaciones debe contener esa etiqueta del artículo? El Real Decreto sobre complementos alimenticios dicta que tanto en las webs donde se comercializan como en el etiquetado debe figurar si tienen «la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad humana», también la denominación de las categorías de nutrientes o sustancias concentrados en el producto, la dosis recomendada para el consumo diario, la advertencia de no superar la dosis diaria, la afirmación expresa y literal de que «los complementos no deben utilizarse como sustituto de una dieta equilibrada» y la indicación de que deben estar fuera del alcance de los niños. Ceaccu ha denunciado ante la Agencia Alimentaria a nada menos que 36 páginas webs , con todos los productos referidos, y 60 marcas distintas de estos artículos por incumplir la ley en su etiquetado y publicidad «online». Esas etiquetas no contienen las afirmaciones anteriores o «venden» propiedades curativas ficticias, como «la neurosis de la menopausia», señalan que previenen algunos tipos de cáncer o reducen la presión arterial, e incluso hay un «champiñón de sol eficaz en patología de origen tumoral» .

Su estatus legal es el de alimentos, así que no combaten el cáncer ni la hepatitis

La experta de Ceaccu pone énfasis en que el usuario está confuso con el uso inadecuado o en exceso de estos complementos, lo cual no está exento de riesgos para el organismo, pero es que además les «confunden» los anuncios de los productos, que se ofertan incorporando numerosos mensajes y declaraciones terapéuticas como si esos artículos realmente ayudasen al combate de patologías. Así las cosas, «sorprenden términos médicos como cáncer, enfermedad tumoral, enfermedad hepática... que se incluyen en la información facilitada al consumidor y cuyo estatus legal no es otro que el de alimentos». En la relación de productos estudiados por Ceaccu, más de la mitad tienen irregularidades en sus etiquetas y más del 75% en las publicidades que los presentan.

Venta libre, sin consejo de un profesional

¿Dónde compra el usuario estos productos? En webs, supermercados, herbolarios, tiendas dietéticas y farmacias, así que con la salvedad de los últimos, un elemento que también resulta pernicioso para su ingesta es que se compran y venden libremente y no se tiene como requisito la supervisión o el consejo de un profesional de la salud. La información es ambigua, el etiquetado confuso y poco legible (algunos «incorporan menciones obligatorias en lugares poco visibles y con letra muy pequeña») y, en el caso de la compra por internet, todo ello se ve entorpecido por el acceso a productos que vienen del extranjero con el etiquetado exclusivamente en lengua inglesa, protesta Ceaccu. La organización también pone en conocimiento de quienes se aproximan a este tipo de artículos que aunque no se especifiquen sus efectos perjudiciales para la salud, los tienen y en base a la evidencia científica piden que la normativa aluda -con una clara advertencia-a dicha posibilidad, máxime si se mezcla su ingesta con un fármaco.

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