crítica_pórtico de zamora
Sorprendente Bach
Acomodar las conocidas «suites para violonchelo» de Bach a un instrumento como la tiorba es una empresa sugerente: la profunda carnosidad tímbrica del chelo sustituida por la aérea ligereza de las cuerdas de una tiorba. Escuchar una versión tan contrastante hace recapacitar sobre el poder de la memoria auditiva, tan determinante que nos lleva a concebir las materias sonoras exclusivamente en un molde tímbrico (en principio aquel para el que fueron creadas). Sin embargo los avances en la investigación musical llevan a propuestas como la de Hopkinson Smith, sugiriendo posibilidades interpretativas ciertamente «desconcertantes», en el sentido de obligarnos a desligar la materia sonora —la música— del cuerpo sonoro —el molde— que conservamos en nuestro archivo mental.
La transcripción para tiorba de Smith se apoya en las últimas teorías musicológicas que apuntan a que dichas obras no estarían escritas en principio sólo para el violonchelo sino para diversos instrumentos de este «pequeño bajo de la familia de los violines», con diferente número de cuerdas, afinaciones y posibilidades técnicas; otra razón parte del hecho de que el único manuscrito autógrafo que se conserva de Bach es una transcripción para laúd de una de estas suites, lo que plantea, como señala José María Domínguez en las «Audionotas» del programa, la cuestión de si Bach la escribió inicialmente para este instrumento y luego hizo una adaptación para violonchelo o si ocurrió lo contrario. Sea como fuere, la traslación de una partitura a diferentes instrumentos de la misma tipología fue práctica muy habitual en la época del compositor, de ahí que esta versión para tiorba (un laúd bajo, a fin de cuentas) sea perfectamente coherente, aunque cambie la percepción auditiva. En este sentido se modifica también la dimensión espacial: la tiorba adelgaza el sonido confinándolo en un recinto íntimo invadido por una luz de sutil transparencia. Y curiosamente lo que la música "pierde" en volumen y densidad, lo recupera a través de este abreviado cielo, que consigue mantener la atmósfera armónica de la versión para chelo.
Gracias al minucioso trabajo de Hopkinson Smith hemos podido conocer esta sorprendente versión de las tres primeras suites, ejecutadas con tanta pulcritud y nobleza.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete