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testimonio

«Hay que reirse, ser solidario y estar abierto a todo»

Esta mujer se declara jubilada por edad, pero no de la vida

«Hay que reirse, ser solidario y estar abierto a todo» i. permuy

m. j. p-b.

«Ciudadana universal, de Castilla-León, segoviana y sanrafaeleña, jubilada por edad, pero no de la vida. Autodidacta, aprendiendo con expectación de la celebre universidad de la vida, con aptitud objetiva y noble». Así es el perfil que Victoria García ha colgado en su blog para autodefinirse. A esta mujer de 74 años no le ha faltado voluntad para abrirse camino tras su jubilación. Vivió y trabajó en Suiza más de 20 años. Cuando regresó a España, se preparó como monitora deportiva, ya con más de 50 años, y trabajó también en ello.

Pero las visicitudes de la vida hicieron que abandonara esta actividad para cuidar de sus padres dependientes. Ellos han fallecido y Victoria ha retomado su actividad. Ha recuperado sus amistades de la infancia y juventud, ha construido otras nuevas «una de las cosas más importantes es mantenerlas», dice; practica senderismo; le ha plantado cara a las nuevas tecnologías «algo maravilloso», usa internet y es una asidua de las redes sociales donde anima a los grupos de su edad a seguir activos. «Tengo inquietud e interés por aprender todo lo que esté en mi mano. No me podía quedar atrás».

Y así ha sido. En la comunidad social www.post55.es de Ceoma, Victoria ha reactivado un grupo de jubilados que, al menos, queda una vez al mes para comer y realizar una actividad. Pero ella pica de muchos entornos. Su pasión por la naturaleza y el deporte le dan otra dimensión a su vida. «Nado media hora todos los días y hago seis kilómetros en bici o andando» en parajes de singular belleza como son los montes que rodean San Rafael (Segovia), la localidad donde reside.

Victoria no hace ascos a nada. «Tan pronto voy al Thyssen o a una feria como Biocultura, como hace un mes he recorrido en bicicleta Bilbao junto a otra amiga. Hay que estar abierta a todo». Y eso que «tengo los achaques de los mayores, pero pienso que las enfermedades no son cuestión de aceptarlas sino de integrarlas en nuestra vida». Soltera y sin hijos, Victoria ha aprendido una lección en su vida: «O sigues caminando o te quedas parado».

Ella tiene su propia receta: «Lo importante es controlar el diálogo mental, vigilar la comida haciendo algunas travesuras, practicar ejercicio, reírse, ser solidario, positivo y estar abierto a todo».

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