Andamiajes
El motivo principal de esta nueva edición del «Pórtico de Zamora» es la recreación de una viola (con clavijero rematado por cabeza de mujer) sustentada por travesaños de madera, a modo de andamiajes. Como explicó Alberto Martín, el director del Festival Internacional que celebra ahora la décima edición, esta imagen vino sugerida en parte a raíz de la restauración de la fachada de la iglesia de San Cipriano, la emblemática sede del Festival. ¿Cómo no ver también en esta imagen la encrucijada que ha tenido que atravesar el Festival para ver la luz esta nueva edición? O, centrándonos ya en el concierto inaugural a cargo de Jordi Savall, ¿no es acaso metáfora elocuente del alma maltrecha por las vicisitudes de la vida —la ausencia de su mujer, la soprano Montserrat Figueras, fallecida hace pocos meses—? En este sentido no es casual que el violagambista catalán haya elegido el programa «Les voix humaines» (un título ya utilizado por Savall en edición discográfica), introducido por una «Invocación» inicial (Abel, Bach, Schenk) y seguido de un capítulo titulado «Les regrets» («Añoranzas», «Tristezas»), en el que se incluye «Les pleurs» («Las lágrimas») de M. de Sainte-Colombe padre? El propio Savall no quiso ocultar el motivo de la presencia de esta pieza: un homenaje a la durante décadas fue compañera de vida y proyectos.
Íntimo en «Les regrets», vigoroso en «Les voix humaines» (Machy, Marin Marais), virtuosístico y juguetón en «Musicall humours» (Tobias Hume), personal en «Invocation», fue haciendo un recorrido magistral por los diferentes registros que puede adoptar la viola, centrándose en la época de mayor esplendor de este instrumento (s. XVII-XVIII) así como su uso en el folclore («The Lancashire Pipes»). Una de las partes más sabrosas de la velada fue disfrutar de su faceta de profesor, en las explicaciones con que fue salpicando cada grupo de piezas, especialmente las que conformaron las «Lessons for the Lyra Viol» (Ferrabosco, Ford, Playford); todo un lujo en boca de uno de los mejores intérpretes del mundo de este instrumento. Todo un éxito el de este concierto inaugural; inolvidable lección de amor y trabajo («disciplina amoris, disciplina laboris»).
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete