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Goya deslumbra en Barcelona con un centenar de obras del Prado

La muestra reúne en Caixaforum algunas de las mejores pinturas del artista como «El Parasol», «El pelele» y «La maja vestida», entre otras

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MARÍA GÜELL

El Museo del Prad o recibe miles de visitantes al año que quieren ver de cerca «La maja desnuda», «La maja vestida» y «Las Meninas». Por eso es un privilegio descubrir que en la exposición «Goya. Luces y sombras» de Caixaforum brilla «La maja vestida» entre un centenar de piezas que han viajado a la capital catalana como resultado de un acuerdo entre el Prado y Caixaforum.

«La maja viste a la última en este cuadro de 1802 con una traje de gasa blanca y un banda de color rosáceo Así se vestían las jóvenes más libres después de la Revolución Francesa y Goya fue un especialista en resaltar el atractivo de las mujeres en sus cuadros», desvela la jefa de conservación de Goya del Prado, Manuela B. Mena.

Con Delacroix como vecino

El espectador también tendrá la suerte de descubrir la belleza de «El Parasol», «El Pelele», el retrato de Jovellanos o analizar la caligrafía del pintor, gracias a dos cartas manuscritas por el artista de Fuendetodos. La última exposición de Goya en Barcelona fue hace 35 años en el Palacio de Pedralbes, pero ahora vuelve con fuerza y con un vecino inmejorable, Delacroix, que en un mes ya ha recibido 60.000 visitas. «El magnetismo entre ambos artistas convierte a Caixaforum de Barcelona en uno de los centros neurálgicos del panorama expositivo europeo de esta primavera», declara Miguel Zugaza, director del Museo del Prado.

«Luces y sombras» reúne óleos, dibujos, estampas y cartas; abarca todas las etapas de producción de Goya en un recorrido cronológico. «La exposición no es un antológica del artista pero sí una antológica de su obra en el Prado», concreta Zugaza , quien aplaude esta colaboración.

Visión de la tauromaquia

Dos comisarios firman esta muestra; la jefa de conservación de Goya del Prado, Manuela B. Mena , y el jefe del departamento de dibujos y estampas del museo, José Manuel Mantilla , que han articulado el recorrido en quince ámbitos. Desde los primeros años, en los que su realismo se opone al rebuscado rococó de sus contemporáneos, hasta su obra íntima realizada en Burdeos al final de su vida, sin olvidar la guerra de la Independencia, que marcó un punto de inflexión en su trayectoria, y su peculiar visión de la tauromaquia. Pero por encima de todo, Mena declara que en la obra de Goya es fundamental su técnica porque «siempre alcanza un nivel máximo en su ejecución; la magia de los colores, la magia de las pinceladas, la magia de del blanco y negro…».

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