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Jóvenes, sobradamente preparados, y sin empleo

La tasa de paro juvenil en España se sitúa en el 46,4%. A los universitarios solo les quedan tres opciones: quedarse con sus padres, emigrar o aceptar un trabajo por debajo de su cualificación

Jóvenes, sobradamente preparados, y sin empleo efe

teresa sánchez vicente

El drama del paro ahoga a nuestro país y amenaza con dejar como herencia una «generación perdida» que alcance la década de los 30 con un currículo laboral en blanco. Los últimos datos de Empleo al respecto, los de febrero, arrojaron un aumento mensual del 2,44% en el número de desempleados y una cifra total de 4.712.098 españoles de todas las edades sin trabajo.

La tasa de mayor desocupación se da en un segmento generacional clave para el futuro (y presente) de España: los jóvenes. Cerca de seis de cada diez empleos destruidos en 2011 los ocupaban jóvenes de 16 a 29 años , según la última Encuesta de Población de Activa (EPA).

Las razones de que el porcentaje de paro juvenil se sitúe en el 46,4% residen en el abandono escolar temprano y el desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo por nivel educativo, según un informe del BBVA. Es decir, las carreras y formación elegidas no son aptas para entrar en el mercado laboral. Sobran licenciados y tampoco hay infraestructura de trabajo.

Tras las frías cifras y el calificativo de «generación perdida», acuñado por primera vez por el Fondo Monetario Internacional , hay caras, nombres y apellidos. Jóvenes que salen de la universidad sin encontrar trabajo, quienes deciden emigrar en busca de una vida mejor , otros que tras encadenar contratos temporales se quedan en la calle, los que se conforman con empleos no acordes a su elevada formación... ABC.es habla con tres españoles licenciados, ejemplo de la precariedad laboral en jóvenes altamente cualificados:

Pablo Leira

Pablo, de 31 años, es licenciado en Biología , tiene un master en Ecología, habla inglés y francés y ha publicado artículos en revistas de ciencia norteamericanas. Ahora ocupa un un puesto no acorde y por debajo de su perfil educativo: comercial para una empresa del sector energético.

Pese a su amplia formación, Pablo se pasó un año y medio en paro antes de recalar en su actual puesto de trabajo. Antes trabajó como investigador en la Universidad de Sevilla y como educador ambiental en una empresa de Ocio y Tiempo Libre.

Pablo no es optimista con su futuro y se muestra resignado. «Hay que asumir que el mundo laboral no es, ni probablemente vuelva a ser, como lo conocíamos hasta hace unos cinco años. Las trayectorias profesionales y las condiciones laborales van a ser muy diferentes; en esencia, peores», sentencia.

David Lara

Con 28 años, David Lara, ha terminado hace un mes la Ingeniería Técnica de Obras Públicas y Técnico Superior de Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos y ahora se encuentra con la cruda realidad: el paro. David decidió estudiar una ingeniería por sus salidas laborales, pero la crisis ha puesto patas de arribas el anterior sistema. «Si volviera atrás, estudiaría ADE o Económicas, ya que los amigos que hicieron esa carrera, sí están trabajando», asegura.

Para buscar empleo, David recurre a los métodos habituales: internet y envío de currículos a conocidos. Sin embargo, ni siquiera ha podido optar a una entrevista para un empleo acorde con su formación. Sí trabajó durante cuatro meses en 2011 en el departamento de logística de una joyería. Ahora, compatibiliza la búsqueda de empleo con la formación. David va a clases de inglés y tiene en mente hacer un master en Prevención de Riesgos Laborales, ya que ha observado que es un requisito frecuente en las ofertas que sí le interesan.

A la pregunta de cómo solucionaría el problema del paro juvenil, David lo tiene claro: mediante la creación de más contratos de prácticas remuneradas.

Vanesa Zurita

Vanesa de 26 años y licenciada en Periodismo compagina su trabajo como dependienta en una tienda de ropa con un Máster en Acción Solidaria Internacional de Europa. Pese a las dificultades a las que se enfrentan los licenciados en España, Vanesa asegura que volvería a estudiar una carrera universitaria porque es «muy importante para el enriquecimiento personal». No obstante, piensa que «es más fácil encontrar un trabajo con una formación media que con una formación superior».

Sobre las medidas necesarias para acabar con el desempleo juvenil, Vanesa opina que que habría que introducir políticas estatales para evitar que las compañías abusen de los becarios en sus plantillas, que hoy en día son «mano de obra barata en condiciones laborales precarias y sin ninguna perspectiva de obtener un futuro contrato de trabajo»

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