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BMW M550d, superdeportivo diésel

BMW M Performance se adentra en la parcela diésel con el nuevo M550d. Entre sus peculiaridades, ser su propulsor de seis cilindros diésel con triple sobrecompresión. Su aceleración es fulminante.

f. prieto
munich (alemania) Actualizado: Guardar
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El nuevo M550d dará qué hablar, pues es pionero en la división M Performance Automobiles al emplear combustible diésel. Y a juzgar por lo que hemos experimentado, es una auténtica «bomba», como se espera de un vehículo con el enagrama M en su denominación.

Recordemos que BMW M GmbH nació como división de competición en 1972. Hasta 1979 salieron de sus talleres modelos potenciados basados en los vehículos de la Serie 5, pero antes, en 1978, llegaba el primer coche diseñado y desarrollado por el departamento de competición: el M1. A partir de entonces, los productos M han sido objeto de deseo. Prueba de ello son los 156 premios internacionales que se han llevado sus motores. Sólo en 2011 la división comercializó 19.134 unidades y vendió más de 200.000 paquetes, junto a 26.000 coches con sus acabados Individual.

El último en llegar de esta saga ha sido el nuevo M5, que llegó poco antes del flamante M6.

El M550d se basa en la última Serie 5, pero con modificaciones estéticas: frontal, faldones más bajos, aumento de las entradas de aire, spoilers en las tomas laterales, espejos deportivos, zaga con salida aerodinámica y escape trapezoidal…

Bien, esto por lo que se aprecia a simple vista. Mecánicamente, recibe tracción permanente integral xDrive con ajuste deportivo específico, reglajes deportivos M de suspensión y dirección Servotronic, opcionalmente con control dinámico de la suspensión y Adaptive Drive.

Primicia absoluta es su motor diésel de seis cilindros en línea, prodigio de suavidad y deportividad, con 2.993 cc y tres turbos, dos de pequeño diámetro y geometría variable y un tercero de gran diámetro y geometría fija. Trabajan en cascada. Hasta 1.500 rpm funciona el primer turbo pequeño, y desde esas revoluciones y hasta 2.700 entra en funcionamiento el turbo grande, ya con un giro razonable como para insuflar presión.

Precisamente, en esa cota abre una válvula que comunica el conducto de gases hacia el turbo grande, para aumentar giro y sobrealimentación. En este conducto figura el segundo turbo pequeño, que ayuda a su gemelo para que no colapse por la demanda de alimentación. Gracias a la constelación de turbos y a la inyección directa common rail de 2.200 bar consigue 381 CV de 4.000 a 4.400 rpm, con un par máximo de 740 Nm entre 2.000 y 3.000 vueltas (a 1.500 rpm ofrece 640 y 163 CV, y al régimen de potencia máxima 680 Nm).

Como consecuencia, punta limitada a 250 km/h y aceleraciones fulminantes en toda la banda de funcionamiento. Se asocia a una caja automática de ocho relaciones, programable en un mando de la consola que opera sobre dirección, acelerador, suspensiones y estabilizador DSC conforme a perfiles Confort, Confort +, Normal, Sport y Sport +.

Dispone de Start/Stop de última generación y botón ECOPro, para funcionar de forma más eficiente (un display del cuadro informa de los km extra conforme al ahorro de combustible practicado). Homologa 6,3 l/100 km, con emisiones de 165 g/km. Por cierto, este motor llegará a los M550d xDrive berlina, familiar M550d xDrive Touring, SUV X5 M50d xDrive y SAV X6 M50d xDrive.

ABC Motor ha tenido oportunidad de conducir el M550d por carreteras y autopistas de la región de Munich, en Baviera, y ha podido constar que las sensaciones de aceleración son excelentes, el sonido espectacular y la seguridad y velocidad de paso por curva propias de lo que se espera de un BMW con la M en sus credenciales.

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