Chávez llega a Cuba para ser operado de otro tumor sin delegar el poder
Como en las dos ocasiones anteriores, los ministros deberán reportarle al hospital de La Habana
ludmila vinogradoff
Los venezolanos se quedan con un presidente virtual. Sin delegar el cargo en nadie durante su ausencia indefinida, el presidente Hugo Chávez viajó ayer a Cuba para ser operado entre el lunes y martes de un nuevo tumor de dos centímetros de diámetro, según ha ... anunciado que le detectaron los médicos cubanos en el mismo sitio, la pelvis, donde le extrajeron en junio pasado un cáncer del tamaño de una pelota de béisbol.
Como en las dos anteriores intervenciones quirúrgicas realizadas en Cuba, tras recibir la autorización parlamentaria con «regreso indefinido», Hugo Chávez no delegó el poder en nadie. En la calle se oyen las críticas de que el presidente «hace lo que le da la gana y no le hace caso a la ley». Ya lo hizo en el pasado, cuando controló a toda Venezuela desde su cama del centro hospitalario de La Habana, a sabiendas de que estaba violando la Constitución. La Carta Magna establece que debe delegar el poder en el vicepresidente, en este caso Elías Jaua, según afirma el diputado opositor Alfonso Marquina.
El excandidato para las primarias de la oposición Pablo Medina y el exconstitucionalista Herman Escarrá solicitaron un amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia —también controlado por Chávez— sobre el posible «vacío de poder» que se produce con su viaje. Pero el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, negó que ese sea el caso.
Medios en formación
Cabello, que estaría en la lista de posibles sucesores de Chávez, dijo que Medina y Escarrá «no pueden ir al Tribunal Supremo porque son portavoces. Queremos hacer una llamada para que entiendan a que está jugando la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática que intenta desestabilizar el país».
El presidente del legislativo venezolano dijo que «Chávez está en pleno ejercicio de sus funciones. Va a recuperarse, el pueblo tiene una gran fe y debemos estar cada día más unidos, así le entregamos a Cuba a nuestro líder».
Antes de viajar ayer a La Habana, Chávez presidió un Consejo de Ministros en el palacio de Miraflores con una delegación china para tratar de las inversiones de ese país asiático en Venezuela. Obligó a conectar a las radios y televisiones para mostrar que estaba en forma físicamente. Sentado en la mesa oval del salón ministerial «Néstor Kirchner», hablando de sus anécdotas, nadie se hubiera imaginado que su enfermedad ha empeorado.
Por ahora, Chávez no ha mostrado signos visibles de un agravamiento. Habla hasta por los codos en las cadenas televisivas. Ciertamente se ha teñido de negro su pelo y su rostro está bastante inflamado —dicen que por los estimulantes— pero habla horas y horas ante las cámaras sin mostrar cansancio.
Hasta el momento el mandatario no ha aclarado el tipo de cáncer que padece en la zona abdominal y en qué estado se encuentra. No se sabe si es un carcinoma o si es un sarcoma. Ha reconocido que la nueva «lesión» podría ser «altamente» maligna, pero aseguró que no tiene metástasis. Los oncólogos que han hablado pidiendo el anonimato consideran que su diagnóstico es delicado y nada halagüeño.
Últimas recomendaciones
«Estaré en Cuba varios días, aún no sabemos exactamente cuántos, pero no serán muchos. La operación será el lunes o martes de la próxima semana. Ya les informaremos», dijo un día antes de su partida.
La despedida que le dedicó su Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, fue coreada por sus compañeros de armas que participaron en la intentona golpista del 4 de febrero de 1992, cuyo 20 aniversario celebró hace poco con bombo y platillo como si se tratara de una fecha patria.
Chávez ha ascendido y reconocido a los militares de su mayor confianza en puestos claves de la administración pública, es decir, a los que participaron en las dos intentonas golpistas de 1992. La «bota militar» queda bien establecida en Venezuela para cubrir su ausencia en Cuba, durante un periodo de tiempo impredecible.
En el salón kirchneriano de Miraflores dijo antes de abordar el avión: «Me voy a La Habana pero antes digo: ¡viva China, viva Venezuela!».
Dos comandos, uno del Ejecutivo y otro electoral, funcionarán de enlaces o puentes entre Caracas y La Habana mientras dure la ausencia de Hugo Chávez. El presidente ha ordenado a sus ministros que le informen en tiempo real de todo cuanto ocurre en Venezuela para que «no nos agarren descolocados. Debemos estar rodilla en tierra, listos para responder» a cualquier campaña orquestada por la oposición para «desestabilizar» el país.
Mientras tanto, se suceden las manifestaciones a diario, con o sin Chávez en el Palacio de Miraflores, que reclaman viviendas, seguridad, salud, empleo, educación y alimentos.
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