noción personal
EL DISPUTADO SILLÓN DE LA CIUDEN
alejandro j. garcía nistal
Durante estos días de cambios en los terceros niveles del organigrama del nuevo Gobierno Nacional corre, por El Bierzo, un inusitado frenesí de llamadas, gestiones, reuniones, viajes a las capitales del Estado y de la Comunidad, así como un continuo gotero de rumores que pretenden ... venderse con el disfraz, ahora que estamos en Carnaval, de noticia. Sin embargo hay mucho de intoxicación interesada, tinta arrojada por el aspirante a analista del periódico local de turno, cual singular calamar y así ayudar a despistar a la facción para la que trabaja su medio. Y es que el tema se las trae. Veamos por qué.
Durante los siete años de Zapaterismo imperante, dicho quedó aquí hasta la saciedad, lo único mínimamente digno que se trajo a la zona fue el impresionante proyecto de la Ciuden y todo lo que ello venía consigo. Investigación con medios humanos, técnicos y financieros para la combustión limpia del carbón, garantía de futuro de la industria principal de la zona todavía; recuperación y puesta en valor del Museo de la Energía en la vieja térmica de la MSP; así como ingentes cantidades de recursos públicos provenientes de Europa invertidos en activar múltiples iniciativas culturales, turísticas y más en lugares donde la luz, el carbón, la minería y toda una sociedad reclama algo de vuelta de lo mucho que se le quitó de sus entrañas.
Pero al socaire de tan ingente tarea vino la cruz, el reverso de la moneda, lo negativo a tanta buena intención y euros. Nos referimos, cómo no, a las acusaciones de sectarismo en las inversiones, a contrataciones y adjudicaciones que rozaban lo legal, la casualidad de que docenas de cargos socialistas curiosamente han logrado plazas y trabajo, aunque, ojo, conocemos gente también profesional en la Ciuden (alguien tiene que hacer el trabajo, claro) y lo interesante para el asunto de hoy, el poder como si de una mini diputación se tratase ejerció el director general, Azuara, durante este tiempo.
Tanto poder llegó a enfrentar al otro centro bipolar berciano y ponferradino, el Ayuntamiento de la ciudad. Con lo que se enzarzaron en interminables polémicas por los asuntos que tenían que ponerse en común: licencias, zonas de accesos, expansión del proyecto en las afueras de la ciudad, etc. Incluso dentro del socialismo hubo agraciados y desgraciados. Esto es, quien no supo ser agradecido y traicionó, o quien de rondón se subió a una institución cuando fue echado de otras. ¿Quién controlará ahora la Ciuden, el otro poder berciano? Ese es el quid de la cuestión. Volvemos al principio de nuestro análisis. Carlos López Riesco, alcalde, quiere a alguien afín o al menos no hostil como hasta ahora. Isabel Carrasco, como presidenta del PP, anhela lo mismo pero para ella. Hasta los «madrileños» como Alfredo Prada se ofrecen para ubicar allí a alguien de su confianza. El puesto es goloso, pero la plaza se las trae.
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