Fomento investiga seis siniestros de aeropuertos canarios en 2011

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), adscrita a la Secretaría de Estado de Transportes del Ministerio de Fomento, abrió seis expedientes de investigación en 2011 por contratiempos relacionados, sobre todo, con operaciones de aproximación y despegue de aviones en los aeropuertos de Tenerife, Gran Canaria, La Palma y Lanzarote.

De los 50 percances en los que la Comisión consideró pertinente incoar una investigación el pasado año —seis de ellos en aeródromos isleños—, y a falta de informes definitivos, cabe destacar el relato de hechos provisionales del accidente de helicóptero en Los Llanos de Aridane (La Palma) hace ahora un año.

Aquel accidente, que se saldó con dos heridos graves y el helicóptero destruido, se produjo el 24 de febrero cuando el piloto y un mecánico realizaban trabajos aéreos de transporte de carga externa, ayudados por un cable de acero de 20 metros de longitud. En un momento de la operativa, se dirigieron hacia el interior de La Caldera de Taburiente, donde el helicóptero realizó un viraje de 180º para dirigirse hacia el punto de carga. Según declaró el mecánico de vuelo, menos de un minuto después escucharon un ruido fuerte proveniente de la zona de cola del helicóptero, e inmediatamente después, este comenzó a girar sobre sí mismo en sentido anti horario, visto desde arriba. A partir de ese momento, después de varios intentos por estabilizar el aparato, se produjo el impacto contra la ladera sur del valle y cayó violentamente sobre un montículo ubicado en la parte más baja del valle. Durante la inspección de los restos de la aeronave, se encontró el cable de acero cortado. El resto del cable y el gancho fueron localizados días después en el Barranco de las Traves, a unos 450 metros al norte del lugar del accidente.

Otro de los incidentes objeto de una investigación abierta es el ocurrido el 12 de noviembre de 2011, cuando un Boeing 757, operado por la compañía Thomas Cook Airlines, despegaba del aeropuerto de Tenerife Sur con destino Newcastle (Reino Unido), y tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Lanzarote tras detectarse humo en la cabina de pasaje. «En la parte trasera de la cabina de pasaje, se pudo percibir un olor ácido y humo, éste último casi imperceptible», señala la Comisión. «El aterrizaje se realizó sin incidencias y no se realizó evacuación. Las inspecciones posteriores no revelaron ningún problema técnico», indica. Hubo que atender a los 228 pasajeros por lesiones leves y a ocho tripulantes.

No fue el único incidente registrado ese mismo día. La aeronave Airbus 321, operada por Iberia, se encontraba en una operación de aproximación al aeropuerto de Tenerife Sur, y, simultáneamente, la aeronave Boeing 757, operada por Jet2.com, era autorizada a entrar en pista para despegue inmediato. La aeronave entrante fue autorizada a aterrizar y tomó contacto con la pista antes de que la aeronave saliente culminara la rotación y se fuera al aire. «Ambas aeronaves completaron las maniobras de aterrizaje y despegue sin novedad», señala el Ciaiac.

Ocho días después, el 20 de noviembre, las aeronaves Boeing 757, operada por Thomas Cook Airlines, y un Boeing 757 de Finnair, procedentes de Manchester y Helsinki, respectivamente, y con destino el aeropuerto de Tenerife Sur, vivieron una situación de conflicto cuando el avión de Finnair se disponía a aterrizar. Según indica el informe provisional, su separación horizontal en el aire era muy reducida. «Ambas tripulaciones siguieron las indicaciones de sus respectivos TCAS, lo que propició que se resolviera rápidamente la situación de conflicto; y ambas aeronaves pudieron continuar el vuelo con normalidad», concluye.

A los anteriores, se suma el incidente del 9 de junio de 2011, en el que la aeronave Séneca II realizaba un vuelo de verificación con origen y destino el aeropuerto de Tenerife Norte. Un fallo en el tren de aterrizaje provocó un accidentado aterrizaje del que sus dos ocupantes salieron ilesos.

La Comisión es el organismo oficial encargado de realizar la investigación de los accidentes e incidentes de aviación civil. Las investigaciones que inicia tienen un carácter exclusivamente técnico, su fin último es la prevención de posibles siniestros, y no están dirigidas a determinar ni establecer culpa o responsabilidad alguna.Los resultados de la investigación se plasmarán en un informe final que contempla, entre otros aspectos, la información completa, conclusiones y recomendaciones en materia de seguridad aérea.