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La CAM duplica sus pérdidas en seis meses, hasta 2.713 millones

Sabadell tomará las riendas en marzo con unas ayudas iniciales de 5.249 millones

MONCHO VELOSO

La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) no levanta cabeza. Más bien todo lo contrario: su agujero es cada vez más profundo. La entidad alicantina, hoy convertida en Banco CAM y adjudicada el pasado diciembre en subasta pública a Sabadell tras su intervención por el Banco de España, registró unas pérdidas de 2.713 millones de euros al cierre de 2011, más del doble que las anunciadas a mitad de ese ejercicio, según informaron ayer a la CNMV sus actuales gestores, los técnicos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Lo hicieron a última hora de la noche, quizá para evitar la mala publicidad. Pero el ritmo de deterioro de la entidad es hoy difícil de esconder. Hasta octubre del pasado año, las pérdidas ascendían ya a 1.893 millones. Desde septiembre aumentaron en 1.000 millones de euros. Y desde junio de ese año, cuando la vieja caja de ahorros destapó un agujero de 1.136 millones, los números rojos se han incrementado un 138,8%.

Banco Sabadell no asumirá su gestión hasta marzo, cuando se prevé que obtenga todas las autorizaciones pertinentes y se firmen las escrituras de compra. Y, por lo tanto, por ahora no es de su responsabilidad.

Esfuerzo de gestión

Sin embargo es evidente que esta situación exigirá a la entidad catalana un esfuerzo de gestión que se antoja cada vez mayor. Una de las primeras medidas anunciadas por Sabadell tras la adquisición es que cerrará 300 oficinas de las 939 que integran la red de la caja alicantina —esto es, una de cada tres—, lo que podría afectar a unos 2.000 empleados de la caja.

Para sanear la entidad, Sabadell cuenta con una primera ayuda de 5.249 millones con cargo al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que le ofreció como garantía el Banco de España en el momento de esa venta. Además, ese fondo, nutrido con las aportaciones anuales de bancos, cajas y cooperativas de crédito, tapará las siguientes pérdidas hasta un máximo de 16.000 millones.

Todavía hoy nadie se pone de acuerdo hasta dónde puede llegar el destrozo de la caja alicantina. De hecho, y como ya informó este diario, otras entidades financieras del país se retiraron de la puja por la CAM al estimar que las pérdidas finales de la entidad serán mucho mayores que las estimadas por Ernst&Young en la auditoría que realizó para el supervisor. El propio consejero delegado de Sabadell, Jaime Guardiola, reconoció una semana después de comprar la entidad que el agujero estará «más cerca» de los 17.000 millones que estiman los analistas que de los 5.500 que calculó el supervisor.

Reforma financiera

A Sabadell ese esfuerzo de digestión de la CAM se le juntará con el saneamiento exigido ahora por el ministro de Economía en su reforma financiera. Las entidades siguen poniendo cifras al «plan Guindos». Ayer Ibercaja comunicó a la CNMV que el impacto de la norma en sus cuentas será de 784 millones de euros, y que lo absorberá con su excendente de capital y contra la cuenta de resultados.

Banca Cívica, por su parte, aseguró que tiene capacidad para generar capital por 1.150 millones con los que afrontar el esfuerzo de 575 millones que le exige la reforma financiera aprobada ya en Consejo de Ministros y que pide limpiar 50.000 millones ligados al ladrillo y más fusiones. El grupo liderado por Caja Navarra reivindicó su viabilidad en solitario, pero aseguró que «analiza» todas las opciones de cara a una posible fusión con otra entidad.

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