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arte

Sueños sobre cristal

Once escultores gallegos exploran en «Reflexarte», la última apuesta del Museo do Pobo Galego, nuevas técnicas plásticas basadas en el tratamiento del vidrio, donde su imaginación fluye a través de la belleza y luminosidad de este soporte estético

Sueños sobre cristal M. MUÑIZ

por elena pérez

El material que sirvió antaño para la fabricación de útiles domésticos e instrumentos defensivos; para la creación de elementos decorativos, espejos y collares en su forma más ornamental, a los que se les llegó a atribuir un poder mágico al emplearse como amuletos; y que sirvió para inculcar a la población las enseñanzas de la Biblia en la Edad Media, fascinó posteriormente a Louis C. Tiffany quien supo ver el encanto que existe entre el vidrio y la luz y explotarlo. Por algo los vitrales se consideran la forma más antigua del arte cinético.

Tiffany, con sus formas naturalistas, líneas sinuosas, colores exóticos y superficies de inusitados efectos, supo alejarse de las antiguas tradiciones y su legado perdura en el tiempo. Hoy el vidrio como medio de actuación artística permite experimentar e invocar en él una idea precisa. Su tratamiento como soporte estético le ha convertido en un elemento imprescindible del arte contemporáneo sobre el que aún queda mucho por explorar.

Unidos por el resto de crear piezas artísticas a partir del vidrio, reconocidos creadores gallegos han construido sus propios sueños dejando que la imaginación fluyera a través de la belleza y la luminosidad transparente del cristal. En «Reflexarte», la nueva apuesta del Museo do Pobo Galego para este 2012, Soledad Penalta, Tiago Madeira, Manuel Patinha, Paco Pestana, Álvaro de la Vega, Tono Galán, Montse Rego, María Xosé Díaz, Carmen Senande, Acisclo Manzano e Julia Ares, acceden a trasladar sus conocimientos creativos en madera, arcilla y hierro a un nuevo formato.

La exposición, calificada por los comisarios de la sala compostelana como una «muestra colectiva de investigación en vidrio» ejemplifica a través de sus once artistas reza en el Catálogo- que hoy «la única barrera que se puede aplicar al arte contemporáneo es la de la calidad». Obras que destacan en su mayoría por la técnica del vidrio fusionado entre las que llaman la atención combinaciones más arriesgadas como las de la luz con el vidrio negro o el espejo.

Versatilidad y talento

Tiago Madeira apuesta en su obra por un proceso constructivo que parte de la destrucción de una obra reflejada en una plancha de espejo que baila en el aire cuyos fragmentos, al caer, remiten a la materia base del vidrio: la arena; mientras que Julia Ares escenifica su particular visión sobre el mar en «Mi semana» trasladando al visitante a un escenario plagado de ondas y gaviotas, en el que los reflejos del vidrio y las tonalidades azules reflejan el propio proceso creativo.

Todos ellos, sin excepción amplían territorios hasta ahora confinados al ámbito de lo artesanal, en un proyecto que cataliza su mirada más plástica. Este es el caso de Montse Rego que invita al espectador a participar de su banco de «Medusas» y a sumergirse entre ellas; o de Carmen Senande que se inspira en la naturaleza del propio del material para dar forma a una instalación -que presenta bajo el nombre de «Cuarto 101»- plagada de ojos de vidrio, ofreciendo un mundo «sin límites fijos». Ya en «Chegando a Coruña» Álvaro de la Vega muestra su percepción del paisaje que le rodea y en su atmósofera, combinando vidrio y esmalte.

Mientras, Paco Pestana se decanta por la técnica mixta en «Las piltrafas del botín»; Soledad Penalta por el hierro, el espejo y vidrio fusionado con color en su «A donde, no importa, solo pasos»: y Manuel Patinha por el acero inoxidable y el espejo en «Arbusto». El termofusionado es exclusivo de Acisclo Manzado en «La cena», María Xosé Díaz en un «Mar de hojas» y Tono Galán en su «Homo Vitrium». En este último caso combinando con total maestría el vidrio negro y la luz.

Con motivo del 75 aniversario de la creación de su fábrica de espejos, la tercera generación de la familia Ares (La Coruña) decidió promover esta exposición a través de la que los visitantes podrán conocer de cerca las nuevas técnicas de tratamiento del vidrio artístico fusionado. De naturaleza itinerante, la muestra «Reflexarte» estará expuesta en el Museo del Pueblo Gallego hasta el próximo 26 de febrero. Antes pudo verse en las salas del Macuf (Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa).

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