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Brad Pitt: «Me inspira el cine que nos hace vencer a la adversidad»

El actor vuelve a aspirar al Oscar con «Moneyball», donde da vida a un ex jugador de béisbol que, desde los despachos, convierte a su modesto equipo en toda una sensación

Brad Pitt: «Me inspira el cine que nos hace vencer a la adversidad» REUTERS

FABIÁN W. WAINTAL

A la tercera tal vez vaya la vencida. Después de rozar el Oscar con «12 monos» y «El curioso caso de Benjamin Button» , Brad Pitt puede hacerse con el premio este año y por partida doble, ya que, aparte de protagonizar «Moneyball», también es uno de los productores del filme, que parte como favorito merced a sus seis nominaciones, mejor película incluida (sin olvidar que «El árbol de la vida», su anterior trabajo como intérprete, opta a tres). Y es que su papel de mandamás de los Oakland Athletics, un modesto equipo de béisbol que logra codearse con los más grandes, es uno de esos caramelos que tanto gustan en Hollywood.

–¿Qué le atrapó de «Moneyball»?

–Que sea una historia no de perdedores, sino de gente que aparenta ser perdedores, de luchadores que tienen que enfrentarse a unas reglas de juego injustas y, pese a ellas, logran sobrevivir y competir. Aunque esta película se etiquete como «drama deportivo», en realidad es algo más profundo: cuestiona la razón por la que se toman algunas decisiones con las que nos movemos hoy en día. Este es el tipo de historias que me inspiran.

–¿Cree que la estrategia financiera modelo Yale que revoluciona a los Athletics se puede aplicar al star-system actual de Hollywood?

–Conmigo no creo que resulte (risas). Pero en muchos otros casos sí que sería factible. Pienso, por ejemplo, en mi productora, donde tratamos de contratar gente poco conocida pero de gran talento. También el auge de las cámaras digitales puede lanzar a la fama grandes historias que antes hubiesen quedado enclaustradas.

–Aunque «Moneyball» no sea solo béisbol, ¿cuál es su película deportiva preferida?

–Soy fan de «El final de un campeón», con Nick Nolte. Además, creo que fue la primera película no apta para menores que vi, así que tiene un lugar especial en mi corazón (risas). Es un género que me encanta porque siempre trabaja sobre la idea de ganar, y a mí me inspira el cine que nos hace vencer a la adversidad. Por eso nos gustan los héroes del deporte y sus hazañas. Aunque mi equipo preferido de la NFL, los Green Bay Packers, cayó anoche. Pero así es la competición... Siempre una cuestión personal.

–El béisbol está arraigado en el imaginario colectivo norteamericano. ¿Cuáles fueron sus referentes personales cuando preparaba el papel?

–Me inspiré recordando mi propia infancia, ya que crecí en un ambiente cristiano y saludable. Mi familia era muy cariñosa, aunque, como cualquier niño, fui testigo de acontecimientos que no entendí hasta que llegué a la edad madura. Ese es el momento clave, que también aborda «Moneyball»: la dicha de experimentar por nuestra cuenta, salir del hogar y lanzarte a la aventura, lejos de la comodidad de los tuyos. Es como si se cortara una cuerda y tuvieras que apañártelas solo, sin nada a lo que agarrarte. Y esta película tiene algo de ello, que me conectó a ese nivel.

–¿Cuál fue el peor momento del rodaje?

–Cuando un miembro del equipo me pegó un pelotazo sin querer (risas). Estaba en medio del campo, era pleno mediodía, me cegó el sol y la bola me pegó en la frente. Me puse a sangrar y terminé en la sala de emergencias del hospital. Gajes del oficio.

–Hubiese sido un shock para sus fans verle con un chichón.

–Quizá no tanto. Recuerdo que, cuando empezaba, mis ídolos eran gente curtida y con rostros trabajados como Gene Hackman, Robert Duvall o Mickey Rourke. Tipos de carácter alejados del glamour del Hollywood clásico. Igual el chichón le hubiese dado un vuelco a mi carrera.

–Usted es una de las personas más seguidas del mundo. ¿Cómo logra aguantar tal ritmo de vida, en lo personal y en lo profesional?

–En lo profesional intento turnarme con Angelina en nuestros rodajes para que los críos no se queden solos. Y en lo personal... ¿sabe cuál es mi secreto? Dormir sobre un buen colchón, de los que no se mueven si alguien salta a mi lado. Así puedo descansar, algo importante para cualquier padre (risas). Tiene una espuma especial de tres pulgadas en la parte superior y, si un hijo viene arrastrándose a la cama en medio de la noche, al menos yo sigo durmiendo.

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