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ciclismo

Alberto Contador: «Competir ayuda, pero a veces me viene todo a la cabeza...»

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha aplazado una vez más —hasta el 6 de febrero— el veredicto sobre el caso del clembuterol. Contador se abstrae teniendo todo el día ocupado

Alberto Contador: «Competir ayuda, pero a veces me viene todo a la cabeza...» EFE

BENITO URRABURU

Segundo en la general final de la Vuelta a San Luis y vencedor en las dos etapas que terminaron en alto, en los próximos días conocerá el resultado de otra carrera en la que lo único que puede hacer es esperar: la decisión del TAS sobre su positivo por clembuterol, un asunto del que por recomendación de sus abogados no habla.

—Usted no transmite ningún signo que delate inquietud, nerviosismo o temor por la situación que está viviendo. ¿Cómo consigue abstraerse?

—Intento tener todo el día ocupado, aunque a veces resulta difícil. Disfruto con la bicicleta y compitiendo; eso ayuda, pero a veces te vienen cosas a la cabeza, te preguntas cómo puedes estar en esta situación y resulta difícil de entender. Mi vida deportiva no ha tenido mucha tranquilidad desde que tuve el accidente de 2004. Me hizo ver la vida desde otro punto de vista. Eso me ayuda a abstraerme.

—¿Cómo llena su tiempo?

—Ves a compañeros, a amigos, estás todo el día de un lado para otro. Si estás en casa sin hacer nada, piensas, te viene todo a la cabeza. Igual tengo el día más lleno de lo que me gustaría. Al principio me despertaba a las 6.30 de la mañana, me acostaba a la 1.30 de la noche y no podía dormir.

—Primera carrera de la temporada y primer podio. ¿Sabe Alberto Contador acudir a una prueba y no disputarla?

—Vine a Argentina, a la Vuelta a San Luis, con idea de tomarme la carrera con tranquilidad, pero siempre acabo metido en el fregado. He acabado muy contento. Me han ido las cosas mejor de lo que me podía imaginar. No llevo un gran entrenamiento encima y desde que finalizó el Tour de Francia estuve parado.

—¿Siempre ha dejado la bicicleta tanto tiempo?

—Mi hermano me decía que tal vez la estaba dejando demasiado, pero no. En un mes que llevo de trabajo serio he perdido cuatro kilos. Día a día he notado que voy mejor, pero no sabía cómo iba a competir. He ganado en las dos llegadas en alto en una carrera que ha tenido un nivel notable. Me voy con un buen sabor de boca. En siete días he cogido un ritmo que no se consigue en casa entrenando. Aunque trabajes mucho en casa, la competición te da ritmo. Me queda mucho trabajo de base por hacer. Me centraré en la planificación que tengo.

—¿Ganar ante rivales como Leipheimer y Nibali le dice algo?

—Da moral. Sabes que no estás en forma a pesar de tener peso, de llevar menos entrenamientos que ellos, sobre todo Leipheimer, y que no has hecho la preparación ideal. Pienso que el primer pico en forma debe llegar en la Tirreno-Adriático, Volta a Cataluña y Vuelta al País Vasco; y luego en el Tour.

—En San Luis ha corrido con ciclistas de países con los que normalmente no coincide. ¿Qué le decían?

—Corrí con cubanos en el Tour de Missouri, en 2007. Me decían de todo. Me he hecho fotos con muchos de ellos, antes y después de las etapas, y en carrera me comentaban: «Voy a decir en casa que he corrido contigo». Ves la diferencia que hay de estructuras, de material, de todo... y te da que pensar. En Europa está todo más profesionalizado.

—¿Le sorprendió su rendimiento en la contrarreloj?

—No. Esperaba hacer lo que hice. No estoy en un estado de forma como para poder forzar al máximo en 20 kilómetros. En cuatro o cinco kilómetros no hubiera tenido problemas, pero en esa distancia, sin trabajo específico, se nota. Voy a cambiar algunas cosas en la Specialized en la concentración de Valencia.

—¿No corre el riesgo de ponerse en forma muy pronto?

—Lo hablé con Bjarne (Rijs). Ir a Australia o venir aquí significa que te puedes poner en forma rápido, pero como tampoco había entrenado mucho no hay problema. Hasta el primer pico de forma quedan dos meses.

—¿Le resulta extraño que le haya ganado Leipheimer?

—No, para nada. Va facilísimo en la contrarreloj. Hay pocos corredores tan profesionales. La bicicleta es lo máximo para él. Se ve que no se ha descuidado mucho durante el invierno. Está en un nivel extraordinario. Basta con verle la piernas.

—¿Contará para el Tour?

—Ya ha estado en el podio del Tour. Las cronos van a ser importantes, pero lo que marca la diferencia es la montaña. Las contrarrelojs son importantes para ganar o perder, pero si decidiesen las cronos, el ganador sería Tony Martín.

—Dice que ha cogido peso, pero no da esa impresión.

—En mes y medio he bajado cuatro kilos. Me quedan otros tres. Leipheimer en carrera me dice que sólo me queda uno, yo le digo que tres y no se lo cree. Genéticamente soy un privilegiado. Por mucho que coma llego a un tope de peso y de ahí no paso. En cuanto bajo la cantidad de comida y entreno, lo pierdo sin problemas. En Gran Canaria entrenaba cinco horas y comía fruta y los fui perdiendo. Si haces las cosas con cabeza no tienes problemas.

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