entrevista al expresidente de la generalitat valenciana
Francisco Camps: «Es pronto para pensar en la política»
Su familia, la presentación en breve de una tesis doctoral y agradecer los apoyos recibidos son ahora las prioridades de alguien que ve aún prematuro abordar su futuro político
Pasada la euforia inicial de «haberse visto liberado por fin de la etiqueta de imputado», Francisco Camps (Valencia, 1962) dedicó la jornada de ayer, primera tras haber sido absuelto por un jurado popular de un delito de cohecho impropio , a acudir como miembro nato al pleno ordinario del Consejo Jurídico Consultivo de la Comunidad Valenciana, a atender algunos compromisos privados, y sobre todo a agradecer «a tantas personas el apoyo que me han expresado durante todos estos meses». Entre ellas se contaba una comunidad de religiosas que ha rezado todo este tiempo por que saliera bien parado del juicio.
—¿Cómo va asimilando su absolución?
—Hoy (por ayer) es un día especial para mí, en el que he podido hacer cosas normales sin preocuparme de la tarea de defender mi inocencia, a la que he estado dedicado en cuerpo y alma desde que el pasado mes de julio abandoné la Presidencia de la Generalitat. Ahora se abre una etapa nueva en mi vida y queda atrás para siempre un tiempo de persecución brutal contra mí.
—¿Espera alguna disculpa de aquellos que han cuestionado su honorabilidad sin esperar el veredicto?
—No tendrán esa grandeza. En cualquier caso, que lo hagan o no es algo que no me preocupa lo más mínimo.
—¿Cómo afronta el futuro tras haber sido exonerado por la Justicia?
—Con plena normalidad. Mis prioridades están en mi familia, en presentar, dentro de unos días, mi tesis doctoral y en saludar a toda la muchísima gente que me ha expresado su cariño.
—¿Seguirá en el Consejo Jurídico Consultivo, adonde acudió ayer?
—Cobro un sueldo de esa institución, y por tanto mi obligación era reintegrarme en su actividad cuanto antes. Tengo intención de continuar en ella.
—¿Conservará también su escaño de diputado en las Cortes Valencianas?
—Ahora no estoy pensando en la política. Llevo poco más de veinticuatro horas absuelto, de modo que no es algo que ocupe mi atención en este momento. Yo decidí dimitir para pelear por mi honor. Fue una apuesta de mucho grosor y todavía está todo muy reciente. Es pronto.
—¿Se ha sentido arropado por Mariano Rajoy durante el proceso?
—Claro que sí. Me ha llamado con frecuencia en este tiempo y me ha transmitido también ánimos y apoyo a través de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
—¿Cuál es su máxima satisfacción tras la absolución?
—Mi gran alegría es que nadie podrá decir a los valencianos que tuvieron un presidente indigno; que quienes confiaron en mi inocencia saben ahora que no estaban equivocados y también que ni la Generalitat ni el PP, al que pertenezco desde hace treinta años, han sufrido perjuicio.
—¿Le preocupa la imagen de la Comunidad Valenciana en el resto de España?
—En la Comunidad Valenciana hay un grave problema de financiación. Se habla con mucho más énfasis del déficit valenciano que del de otras regiones, cuando son similares. Durante los gobiernos de Zapatero esta tierra ha sido infrafinanciada por un interés político y el PP no podía permitir que esa circunstancia condenara a los valencianos a tener peores servicios públicos que el resto de los españoles. Los ciudadanos saben en qué se ha gastado el dinero, lo ven todos los días: en las infraestructuras, las escuelas y los hospitales que no pagó Zapatero.
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