¿Cuánto contamina un crucero?

En 2004, la ONG publicó el informe «Contaminación por cruceros» (pdf) , donde analizaba el impacto negativo de este fenómeno turístico, cuya demanda no ha parado de multiplicarse en las últimas décadas.

Un crucero con capacidad para unos 3.000 pasajeros puede generar cerca de 1.000 toneladas de residuos cada día. Las aguas grises (duchas, lavabos, piscinas, lavadoras, etc.) o fecales participan de la cifra. Las farmacias, tintorerías o tiendas de fotografía que albergan estos complejos también filtran metales pesados y sustancias tóxicas al mar. Las actividades de alimentación y consumo de distintos productos, por su puesto, contribuyen con 7.000-10.500 kilos de basura.

Sin embargo, las aguas de lastre constituyen uno de los problemas ambientales, sanitarios y económicos más graves que acarrea el tráfico marítimo, opina la Organización Marítima Internacional . Un buque tipo necesita unas 70.000 litros de aguas de lastre para funcionar, con el consiguiente riesgo de introducir en los ecosistemas especies invasoras , dinoflagelados, causantes de mareas rojas y patógenos.

La construcción de puertos nuevos o la ampliación de los existentes alteran extensas demarcaciones costeras. Y la suspensión de sedimentos, por ejemplo, enturbia el agua, amenazando la supervivencia de los arrecifes.

En el Caribe, la isla de Gran Caimán ha experimentado la destrucción de 1,2 millones de metros cuadrados de arrecife por las anclas de los cruceros; en el Parque Nacional de Cancún (México) el 80% de los fondos de coral han resultados dañados por la misma causa; y los arrecifes de coral de Jamaica y Florida , que solo mantienen entre el 5% y el 10% de sus corales vivos, corren peligro, puntualiza Oceana.

El consumo de combustible de un crucero es equivalente al de 12.000 vehículos, con el agravante de que el tipo de fuel utilizado en la mayoría de buques es 50 veces más tóxico que el habitual , subraya la organización.

«Los combustibles de los barcos son hidrocarburos ligeros, de manera que una facción se evaporará y la otra no es tan pesada como el chapapote que llegó a la costa española», ha señalado a Europa Press el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas , Emilio Lora-Tamayo. Lora-Tamayo ha ofrecido a Italia la colaboración del CSIC en el caso de que el naufragio del Costa Concordia provoque un desastre natural en el entorno de la isla de Giglio.

La isla de Giglio, considerada una de las joyas ecológicas de Italia y un fuerte foco de atracción del turismo de buceo, alberga una población estable de delfines mulares . Por su puesto, por ella pasan otros cetáceos: delfines listados, cachalotes , calderones grises y comunes e incluso rorcuales . Existen también variedades menos conocidas, aunque de gran interés científico, como la esponja Aplysinia cavernicola , protegida por el Convenio de Barcelona para la protección del mar Mediterráneo .

«Al estar Costa Concordia cerca de la playa, ésta hace las veces de barrera natural para el vertido», comenta Lora-Tamayo, que ha valorado de manera positiva que las autoridades italianas hayan establecido barreras de contención.

«Hay un daño ambiental, muy contenido, relativo a los fondos marinos de la isla del Giglio», afirmó ayer el ministro italiano de Medio Ambiente, Corrado Clini, que comparó al Costa Concordia con una «pequeña nave petrolera» por su capacidad de almacenaje de combustible.

«Estamos ante una situación límite porque la nave es inestable. Se trata de una carrera contrarreloj. En las próximas doce horas estaremos en disposición de comenzar a vaciar las 2.380 toneladas de carburante contenido en el depósito del Costa Concordia. Necesitaremos, al menos, dos semanas », sentenció Clini.