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segunda sesión del juicio

Uno de los abogados asegura que Garzón sí utilizó datos de las escuchas en sus interrogatorios

El Supremo escucha a los testigos de la causa por las escuchas a los imputados en el «caso Gürtel» y sus letrados. Peláez, exfiscal de la Audiencia Nacional, fue grabado con Correa y Crespo en la prisión de Soto del Real

efe

n. villanueva / n. colli

El juicio al juez Baltasar Garzón , por intervenir las comunicaciones entre varios de los imputados en el "caso Gürtel" en prisión y sus abogados, se ha reanudado a las 10.40 horas de hoy con la declaración como testigo del letrado Ignacio Peláez, autor de la querella que dio origen a la causa. Peláez, exfiscal de la Audiencia Nacional, es el abogado del empresario José Luis Ulibarri , uno de los imputados en el "caso Gürtel", y fue grabado en la prisión de Soto del Real (Madrid) cuando acudió a la misma a entrevistarse con los presuntos máximos responsables de la trama, Francisco Correa y Pablo Crespo. En su declaración, el abogado Peláez ha asegurado que está convencido de que el juez Garzón utilizó en sus interrogatorios datos de esas conversaciones entre imputados de la trama y abogados en los locutorios de la prisión. Garzón aseguró ayer que a él las estrategia de defensa "no le importaban" y que ninguna de las diligencias que practicó estuvo relacionada con el contenido de esas conversaciones cuya interceptación le ha llevado al banquillo de los acusados.

En su doble condición de querellante y testigo, Peláez ha detallado que el 25 de febrero de 2009, el mismo mes en el que ingresaron en prisión los principales imputados de "Gürtel", tuvo un encuentro en el locutorio de la cárcel de Soto con Pablo Crespo, mano derecha de Correa. Se trataba, ha dicho, de preparar con este imputado el interrogatorio de su cliente, el empresario José Luis Ulibarri, que iba a tener lugar el 4 de marzo. Ese mismo día Garzón, y justo antes de tomar declaración a Ulibarri, Garzón recibía en su Juzgado un informe con las transcripciones de las conversaciones de aquel día. Y sobre aspectos de la misma (que el abogado no ha querido especificar por preservar el secreto profesional) Garzón preguntó a Ulibarri y al menos a otros cuatro imputados.

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Las referencias a aquella conversación se repitieron, ha añadido Peláez, cuando Ulibarri volvió a declarar ante el juez del TSJM Antonio Pedreira y las fiscales del caso hicieron unas preguntas muy "sagaces", sobre aspectos muy concretos que Peláez había tratado en prisión y que era difícil que ellas conocieran si no hubieran tenido acceso a esas conversaciones confidenciales con Correa y Crespo para preparar la estrategia de defensa. "Yo pensaba que estaba en un Estado de Derecho y resulta que se me escucha, que están conociendo que nos estamos coordinando y están conociendo nuestros movimientos como abogado de la defensa... Si a usted le parece poco", ha respondido a la defensa de Garzón. "Mi gran preocupación es que yo no sé todo lo que se ha oído, porque no es todo lo que se ha transcrito. pueden tener datos incriminatorios sin que yo lo sepa. El derecho a la intimidad es el primer quebrantamiento", ha añadido Pelàez, quien ha criticado, además, la "poca diligencia" que mostró Garzón al no custodiar ni siquiera los Cedés con las grabaciones del centro penitenciario. Eso lo hizo Pedreira cuando ya asumió la causa.

Una llegada más solitaria que la de ayer

El juez Garzón ha llegado al Tribunal al filo de las 10.15 horas, y hoy no ha encontrado apenas apoyo en la calle. El magistrado ha llegado a pie, ha entrado por la puerta principal del Supremo, donde sólo se habían congregado algunos cámaras y periodistas que están cubriendo el desarrollo de la vista oral. Dos mujeres, eso sí, han lanzado tímidamente dos gritos de apoyo al juez diciéndole: "Ánimo, Garzón". Durante la primera jornada de la sesión, que se celebró este martes, unas 50 personas de la plataforma Solidarios con Garzón se concentraron frente al Supremo para denunciar "la impunidad de la dictadura franquista". Los manifestantes, entre los que se encontraban el diputado de IU Gaspar Llamazares y la actriz Pilar Bardem, aplaudieron al juez y llamaron "nazis y fascistas" a los abogados que lo acusan.

Seis testigos

El tribunal, presidido por el magistrado Joaquín Giménez , tomará declaración este miércoles a seis testigos, entre ellos el policía nacional que realizó la grabación de las entrevistas entre los letrados y los principales encausados de la red delictiva Francisco Correa, Pablo Crespo y Antoine Sánchez. Esta comparecencia ha sido propuesta por las partes de la acusación, que piden penas de multa e inhabilitación especial de 10 a 17 años por un delito continuado de prevaricación y otro de uso de artificios de escucha y grabación con violación de las garantías constitucionales. Además, el Supremo escuchará el testimonio de tres agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), del funcionario del juzgado de Garzón liberado para el caso Gürtel Vicente Maroto. La defensa de Garzón, ejercida por el abogado sevillano Francisco Baena Bocanegra, ha solicitado la declaración del comisario jefe de la UDEF y de dos funcionarios de esta unidad para preguntarles las razones por las que solicitaron 'pinchar' las conversaciones entre los abogados y los imputados de la Gürtel. El tribunal ha señalado tres sesiones para celebrar el juicio por las escuchas de la Gürtel y pretende escuchar en principio las comparecencias testificales este miércoles, sin perjuicio de que puedan extenderse a días posteriores.

Audición a puerta cerrada

Además, ha aceptado la audición a puerta cerrada de algunas de las conversaciones que fueron intervenidas siempre que las partes justifiquen su interés para la causa y acoten los fragmentos relevantes. En la primera sesión también ha admitido la testifical del funcionario Vicente Maroto , que alertó a algunos letrados de que sus comunicaciones estaban siendo grabadas. No obstante, los magistrados han rechazado las cuestiones previas relativas a las recusaciones de los magistrados Luciano Valera -instructor de la causa abierta por la investigación de los crímenes del franquismo-- y Manuel Marchena - instructor de los cobros de Nueva York-- alegando que "ya han sido resueltas" con anterioridad. Los jueces también se opusieron ayer a que la Sala del 61 actúe como tribunal de apelación en caso de condena, como solicitaba la defensa, ya que la legislación vigente no lo contempla "guste o no guste" y corresponde al poder legislativo la reforma de los textos legales. El tribunal se encuentra formado por los magistrados Joaquín Giménez, Luciano Varela, Manuel Marchena, Andrés Martínez Arrieta, Francisco Monterde, Juan Manuel Berdugo y Miguel Colmenero, quien será el ponente de la sentencia sobre las escuchas de la Gürtel.

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