Violador de día, esposo 10 de noche
Detenido un cerrajero de 36 años que violaba, secuestraba, atracaba y robaba en viviendas cuando iba a trabajar
TATIANA G. RIVAS
Santiago S. L., de 36 años, era por la noche el Doctor Jekyll, un esposo perfecto, y se transformaba por la mañana, cuando iba a «trabajar», en Mister Hyde, en un violador, atracador y ladrón reincidente. Llevaba dos vidas paralelas desde 2010 sin levantar sospechas. ... Pero el pasado 9 de noviembre, tras un secuestro exprés frustrado, su «alter ego» cometió varios errores. Estos permitieron su detención por parte de la Policía Nacional la última semana de diciembre en su domicilio de La Roda (Albacete). Su familia no salía de su asombro al conocer los hechos.
Santiago era cerrajero. Tenía una empresa en el polígono industrial de La Roda: Samer, dedicada a mecanismos y automatismos de puertas. La misma quebró el año pasado y este hombre se dedicó a trabajar en distintos servicios que le salían, muchos en Madrid. Aprovechando su destreza de cerrajero comenzó a perpetrar robos con fuerza en viviendas. En 2011 se tiene constancia de que cometió tres robos en Cuenca y Albacete, según fuentes policiales. En un principio se hacía con joyas y dinero, pero después empezó a arramblar con cámaras de vídeo y fotografía más bien como fetiche.
Frialdad en sus actos
Todo iba sobre ruedas, así que a finales de octubre del pasado año decidió ir más allá. Cogió el BMW X5 de su padre para ir a trabajar a Madrid. Lo aparcó en la calle Perú. Desde esta vía comenzó la caza para saciar su apetito sexual. Eligió a una joven panameña muy atractiva que se encontraba en el paseo de la Habana a punto de subir a su coche. Con pasamontañas, su escopeta de cañón recortado y un silenciador casero que había elaborado la amedrentó, obligándola a introducirse en el maletero.
Santiago se subió en el coche de la víctima y, tras un breve recorrido, la obligó a que le diera las tarjetas bancarias y su PIN para realizar un reintegro. No contento con el botín procedió a violarla en el mismo coche. Más tarde, la dejó abandonada en el hospital de La Paz. La frialdad de este hombre era tal que se llevó el vehículo de la mujer y por la tarde la llamó para indicarle dónde lo había dejado aparcado. Lo estacionó en Pío XII. Incluso le había colocado un ticket de estacionamiento regulado.
El pasado 9 de noviembre volvió a actuar del mismo modo. Se dirigió a la calle Riaño del distrito de Barajas. Allí se encontró a Patricia, una colombiana de 28 años muy agraciada físicamente. En esta ocasión no llegó a consumar el acto sexual por la fuerza, ya que la joven llevaba el teléfono móvil en su bolso y contactó, vía chat, con su jefe y su marido. Los mismos alertaron a la Policía Nacional y lo interceptaron en la A-2 dirección Barcelona. Le dieron el alto. Santiago paró el coche y escapó, después de que le cogieran los agentes, saltando por un terraplén. Sin embargo, en el coche de Patricia dejaba el rastro de los delitos que le conducirían hasta él.
Se creía James Bond
Los agentes encontraron en una bolsa de viaje objetos robados de viviendas: cámaras, fotos, un revólver de aire comprimido, una escopeta, guantes, el pasamontañas, un cuchillo de caza... Incluso tenía unos prismáticos de visión nocturna. Era un aficionado a comprar en una tienda de espías especializada de Valencia.
Santiago no tenía antecedentes, según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Ahora se le imputan dos detenciones ilegales, una violación, varios robos con fuerza y violencia, tenencia ilícita de armas, robo de vehículo y lesiones. Permanece en prisión preventiva en la cárcel de Albacete. Cuando fue trasladado a prisión intentó fugarse, pero los funcionarios lo evitaron. La investigación, que continúa abierta por si ha perpetrado más robos —se descartan violaciones por el momento— ha sido llevada Grupo XXII de la Brigada Provincial de Policía Judicial en colaboración con la comisaría de Albacete.
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