Monster High,terror en el hipermercado

MARTA BARROSO

«Ahhhh, amooo a estas muñecas». «Las adorooo». «Muerooo por Dracolaura». «Son superrrrrrrguaiiiiiiis». «I looove Clawdeen». Como lo leen. Transcribo, literalmente, las palabras escritas en múltiples blogs por algunas de las miles de niñas y adolescentes que han caído en las garras de las Monster High , (www.monsterhigh.es), un grupo de muñecas —todas ellas amigas— nacidas el pasado año en Estados Unidos, de la mano de la compañía Mattel.

Arrasan en el mundo entero y también en España de tal manera que se han convertido en el regalo estrella de la temporada. Si no tienes una Monster High, no eres nadie. Y va en serio. Si no pregunten a los estresados padres (pooobres) que aguantan estoicamente largas colas en las jugueterías para conseguir tan codiciado objeto de deseo. Ellos, por sus hijas, matan. Porque aunque el stock desaparece en minutos, vuelven al día siguiente con la esperanza de llegar a tiempo. Su éxito es arrollador. Pero, ¿por qué? .

Porque así son las cosas. Sin más. La respuesta exacta no existe, pero la evidencia habla por sí sola. Un nuevo fenómeno aparece en nuestras vidas. Lo entiendo. Son «taaan diferentes». Por fin unas muñecas al día, modernas, superfashion , divertidas, surrealistas. En definitiva: divinas de la muerte. Gran verdad. Porque descienden directamente de monstruos tan legendarios como el Conde Drácula, Frankestein o el Hombre Lobo. Comparten instituto, Monster Hihg, y su vida puede ser la de cualquier adolescente. O parecida. Porque no todas surgen, como ellas, de las páginas de los libros de Lisi Harrison. «Su éxito se basa en que son unos personajes en el que las chicas se pueden ver reflejadas. Todos y cada una de ellas tiene un carácter que las define con sus gustos, aptitudes y pequeños defectos», indican desde Mattel. «Pero lo importante es que te enseñan a aceptarte tal y como eres. No importa tener defectos, nadie es perfecto y, como ellos mismos dicen, “ser diferente mola”».

Así sea. Y así es. Porque para dar a conocerse, las nuevas heroínas cobran vida en una serie de animación y películas con presencia en televisión, internet, redes sociales, plataformas online , novelas, diarios... «Monster High apuesta por los contenidos y esa ha sido la clave de su éxito entre niñas de todo el mundo —puntualizan en la compañía—. No son muñecas sin más, sino personajes con los que interactuar, identificarse y sobretodo divertirse».

Igualito que el número de unidades que se debe de haber vendido de estas singulares señoritas. La empresa fabricante no aporta esta información —es política de empresa—, pero cualquier previsión ha sido superada con creces hasta convertirse en un fenómeno social. Lógico. Nunca hasta ahora había habido muñecas ni siquiera parecidas, por ejemplo, a Dracolaura. No le importa confesar que tiene 1.599 años, no puede ver reflejada su imagen en el espejo y, a pesar de lo que muchos puedan pensar, lo que más le gusta es sonreír, reír y animar a sus amigas. De sangre, ni habla. ¿Otro ejemplo? Clawdeen Wolf, que como buena hija del Hombre Lobo, se pasa el día entero depilándose. Aunque luce una melena envidiable. En fin, que quede claro: yo ya las amo. Debo tener un cráneo super friki. Pero las quierooooooo. Todaaaaaaaassss!!!!!!!!!