María del Monte: «Le debo este disco a mi madre»
El nuevo disco de María del Monte, «Cómo te echo de menos», resume la historia de una superación personal
María del Monte está muy orgullosa de «Cómo te echo de menos» (EMI). Y es para estarlo. Este trabajo, que desborda sensibilidad, resume la historia de una superación personal y una manera de entender la música. Ambas reflejan la intensa humanidad de la cantante sevillana.
—Este álbum llega después de siete años de silencio, ¿por qué tanto tiempo?
—Pues es que no he tenido el valor de volver antes. Mi padre falleció hace el mismo tiempo y era tan cómplice en toda mi vida… Cada vez que me lo planteaban me generaba un estrés tan grande que siempre pensaba que no había necesidad en ese momento y que ya surgiría la ocasión más tarde. Generé una fobia tremenda, no me sentía capaz. Hasta que mi madre me dijo: «Ya tengo 86 años... ¿es que ya no voy a ver un disco tuyo nunca más?». De esas palabras saqué el empuje. Ella no es consciente de la magnitud que supuso para mí lo que me dijo. A partir de ahí, empezó a proponérmelo la compañía de discos y cuando me quise dar cuenta ya había dicho que sí.
—Entonces, de ahí el título, «Cómo te echo de menos».
—Bueno, eso ha sido casualidad, es el título de una de las sevillanas y es que es muy bonito y tierno. Y no nos viene nada mal recordar que hay que echar de menos a las personas y no a las cosas. Además, empezar con esa frase la canción… me gustaba.
—¿Y qué hay dentro?
—Pues unos temas fantásticos con unos contenidos en las letras extraordinarios. Todas cuentan algo y algo diferente. Estoy muy satisfecha. Creo que todo tiene su porqué y que se trata de un disco sereno, con un contenido extraordinario. Al ver el resultado me he venido arriba: ¡he sido capaz de superar mis miedos! Durante toda la grabación he llorado y he disfrutado un montón. Realmente ha sido muy bonito. Si mi primer disco fue muy especial (me quería comer el mundo), este pienso que es tanto o incluso más. Viéndolo desde otro ángulo, claro, porque la experiencia aporta mucho. Pero, de todos los discos que he grabado, es el más especial. Además, me he exigido mucho. Hasta cuando estaban de acuerdo en dar por buena una canción, yo insistía en volverla a repetir.
—¿Por qué?
—Porque se trata del disco de mis sueños. Esa obra que todo el mundo desea hacer, y que espera que algún día le llegue (escritores, actores...). Este disco marca un antes y un después en mi vida, seguro. Es un álbum que desborda sensibilidad y quien lo oye lo capta. Y creo que si se consigue trasmitir tan bien algo tan difícil es porque en él todo es real, todo es auténtico. La tecnología puede rozar la perfección, pero no puede alcanzar la sensibilidad que tiene un ser humano. Todo ese compendio de cosas ha hecho que se haya logrado el objetivo que nos habíamos marcado. Eso da un verdadero subidón.
—Con tanta sensibilidad, ¿no teme desbordarse cuando lo presente al público?
—Por supuesto, intentaré dominarlo, pero si en alguna ocasión eso sucede, creo que eso tampoco es algo malo. Soy humana; y como humana, si me pueden los sentimientos, me pudieron, y no pasa nada.
—En sevillanas es usted imbatible, ¿cuál es la clave de su éxito en un género tan difícil?
—Que nací en la Feria de Abril (risas). En sentido literal, mi madre estaba en una caseta cuando se puso de parto y la tuvieron que llevar al hospital, así que le digo que la culpa la tiene ella. Creo que la clave es que juego con ellas. Por supuesto, respeto los compases y los tres cuerpos que tienen que tener para que puedan ser bailadas, aunque las hay más rápidas y más lentas. Pero aun así soy un poco anárquica. No es que me lo proponga, es que soy así, igual alargo la voz, igual la alargo... Voy a mi aire, un poco salvaje.
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