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Mijaíl Gorbachov presentó su dimisión hace 20 años, el día de Navidad, el 25 de diciembre de 1991. Lo hizo mediante un mensaje emitido por televisión. Echó la culpa de todos los males al sistema de “ordeno y mando” instaurado por la nomenklatura soviética y admitió que la política de reformas denominada perestroika “provocó serias tensiones en la sociedad” como consecuencia de la resistencia a desaparecer del viejo sistema y a “nuestros propios prejuicios y estereotipos, que nos han hecho perder mucho tiempo y han agravado aún más la situación”.
Dijo que el mayor logro de la perestroika fue la libertad democrática que, según él, “la gente no aprendió a utilizar”. El ya ex presidente resaltó como realizaciones conseguidas durante su mandato la liquidación del sistema totalitario, “condenado a servir a la ideología comunista y a soportar el fardo de la militarización”. Apuntó también como logros el inicio de las reformas económicas, el final de la Guerra Fría y la disminución del peligro de conflagración nuclear.
Gorbachov aseguró que cambios tan profundos en un país tan grande, con tantos problemas y con una población tan heterogénea, era imposible hacerlos sin dolor y advirtió que el mantenimiento de las conquistas democráticas de la perestroika era condición indispensable para aspirar a un futuro mejor.
Poco antes de la retransmisión, había hecho entrega del botón nuclear al presidente de la Federación de Rusia, Borís Yeltsin, y, nada más desaparecer de la pantalla, la guardia del Kremlin procedió a arriar la bandera roja soviética con la hoz y el martillo y a izar en su lugar la tricolor rusa. Así terminó sus días el Estado opresor nacido tras la Revolución de Octubre de 1917. Así se derrumbó una de las dos grandes potencias antagónicas durante los tiempos de la “guerra fría”.
Aunque el proceso de desintegración empezó a hacerse patente a partir de 1989 y tras la intentona golpista de agosto de 1991 parecía ya un hecho inevitable, su culminación, con la dimisión de Gorbachov el 25 de diciembre, no dejó de ser un acontecimiento sorprendente. Cambió completamente la configuración mundial.