Hazte premium Hazte premium

concierto

Red Hot Chili Peppers, la reconquista del público español empieza en Barcelona

Siguen saliendo al escenario como auténticos gladiadores

Red Hot Chili Peppers, la reconquista del público español empieza en Barcelona EFE

DAVID MORÁN

Cinco años han pasado desde que Red Hot Chili Peppers escalaron por última vez la montaña de Montujïc para plantar bandera en el Palau Sant Jordi de Barcelona, media década que los californianos, antiguos fajadores del funk acorazado reconvertidos en estrellas del rock de masas, han aprovechado para ajustar un par de piezas, pulir engranajes y reinventarse. El renovarse o morir, materializado aquí en la segunda espantá del guitarrista John Frusciante y en el lanzamiento de «I’m With You» , trabajo que anoche les devolvió propulsados a un Sant Jordi lleno hasta la bandera y que acabó noqueado tras casi dos horas de himnos robustos.

Poco importa que los autores «Californication» hayan ido perdiendo fuerza y mordiente: siguen saliendo al escenario como auténticos gladiadores, arrimándose con saña a sus instrumentos y cogiendo impulso para recorrer entre guitarrazos y vítores ese camino que les ha llevado del funk travieso y con armadura a ese pop que llena estadios en apenas un par de horas. Y así, desandando lo andado, Anthoni Kiedis y compañía saltaron al ruedo agarrados a «Monarchy Of Roses» y empezaron a rebobinar para saltar de «Dani California» a «Otherside» pasando por una más bien anodida «Ethiopia» y, ahora sí, una crispada y volcánica «If You Have To Ask» , rescate de los años mozos de «Blood Sugar Sex Magik» .

«¡Gracias por Pau Gasol!», voceó el bajista Flea, auténtico pulmón de la banda y dinamo que parece alimentar de energía al resto de sus compañeros, poco antes de que el cuarteto que ahora completa el guitarrista Josh Klinghoffer aprovechase un par de parones para juguetear con «Space Oditty» y «The House Of The Rising Sun» y se armase hasta los dientes para abrasar una vez más el «Higher Ground» de Stevie Wonder. Fue, sin, duda uno de los momentos álgidos de un concierto instalado en el altibajo, con modélicas ascenciones como «Look Around», caídas a plomo como «The Adventures Of Rain Dance Maggie», «Can’t Stop», piezas tirando a intrascendentes como «Hard To Concentrate» y «Meet Me At The Corner», y desiertos deshabitados cada vez que aniquilaban el ritmo entreteniéndose entre canción y canción con amagos de improvisaciones con las que lucir instrumento y técnica. Y es que, como en casi todas sus últimas visitas, los californianos intentan llegar con músculo y testosterona hasta donde no llegan las canciones, pero no siempre es suficiente.

La recta final, coronada por «Under The Bridge», «Californication» y «By The Way» y con «Around The World» y la inevitable «Give It Away» electrocutando los bises, aumentó un poco más esa distancia, por momentos abismal, que separa las que podrían considerarse sus grandes canciones de las que llegan al aprobado por los pelos, y abonó la idea de que, en su huída hacia el estrellato, Red Hot Chili Peppers han tenido que sacrificar algo (llamésele ingenio, llámesele fuerza o actitud) para conseguir agradar a todos los públicos. Y otra cosa no, pero si algo consiguen es el público celebre cada una de sus canciones como si no fuese a haber un mañana.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación