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Alique y Muñoz se deciden a dar la cara

Los críticos del PSOE aparecen en una comparecencia pública por vez primera

ÓSCAR CUEVAS GUADALAJARA

ÓSCAR CUEVAS

Tras algunas semanas manejando los hilos de la rebelión, los dos principales cabecillas del sector crítico del PSOE provincial, el ex alcalde y senador Jesús Alique, y la todavía subdelegada del Gobierno en funciones Araceli Muñoz, se decidieron ayer a «dar la cara», en una comparecencia pública en compañía de un grupo de militantes, de los 93 que han firmado el documento que exige un Comité Extraordinario que aborde la dimisión de María Antonia Pérez León como secretaria provincial, y la creación de una gestora.

Los miembros de esta corriente plantearon la necesidad de mejorar la democracia interna de cara a la elección de delegados y compromisarios. A pesar de que la actual Dirección socialista ha aprobado precisamente el mecanismo más democrático de los conocidos hasta la fecha en Guadalajara: Una votación de los delegados de modo directo por los militantes, en una jornada que se celebrará el día 8 de enero. Pero el sector crítico se queja de que sólo se planteen 3 mesas de votaciones, en la capital, Sigüenza y Molina. Y exigen que se realicen votaciones en todas las Agrupaciones Locales del partido. «Si de verdad se quiere garantizar la participación, es necesario poner todos los medios», justifican. Y es que precisamente este sector tiene su punto fuerte en estas agrupaciones: controlan alrededor de una treintena de ellas. De hecho, uno de los portavoces críticos, Miguel Figueruelo, concejal en Torrejón del Rey, anunció la presentación de un nuevo documento, avalado por una treintena de agrupaciones, pidiendo este sistema de votación. Entre las agrupaciones que controlan los críticos están Cabanillas, Molina, Torrejón, Horche, Trillo, El Casar y Sacedón. Asimismo, y como se comprobó en el último proceso electoral, tienen un peso fundamental en la actual composición del Comité Provincial.

Ambiciones

Por su parte, Alique y Muñoz exigieron la necesidad de una reflexión interna sobre los resultados electorales de las dos últimas convocatorias. Y eso a pesar de que en las últimas Generales las candidaturas que quería la Dirección fueron rechazadas, y de que el propio Alique encabezaba la lista al Senado. «Si a mí me hubieran tumbado las listas, habría dimitido de secretario provincial», dijo Alique, quien ya ocupó ese cargo entre el año 2000 y 2008. Alique no negó su deseo de volver a ser el líder del PSOE provincial. De echo, se deja querer: Aunque dijo que no tiene ese deseo, también señaló que, en ocasiones hay que asumir responsabilidades ante la petición de los compañeros.

Por su parte, la otra aspirante a liderar la renovación del partido, Araceli Muñoz, tampoco negó sus aspiraciones, más que conocidas, aunque insistió en que lo más necesario es forjar un «proyecto». «Todavía no toca hablar de personas, lo primero es lo primero», afirmaba.

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